tag:blogger.com,1999:blog-244867472024-03-13T21:37:42.258+01:00LA SERIE DE CONDOAna di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comBlogger32125tag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-9100008623429605822009-03-02T23:03:00.028+01:002010-05-23T14:17:52.839+02:00Condo y la gincana musulmana<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_8Y_v6iczu0E/S_kcu3FvEuI/AAAAAAAABG0/T3cmn0wr63Y/s1600/burka-f.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 342px; height: 400px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_8Y_v6iczu0E/S_kcu3FvEuI/AAAAAAAABG0/T3cmn0wr63Y/s400/burka-f.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5474438413433115362" border="0" /></a>
<br /><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="font-family:Arial;"><span style="font-weight: bold;">Nota: se recomienda empezar por cualquier otro capítulo menos por este, que es el último.</span>
<br /></span></p><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CAna%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C04%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName" downloadurl="http://www.microsoft.com"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:EN-US; mso-fareast-language:EN-US;} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">
<br /></span></p><p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Un sábado por la mañana, en la pescadería del mercado, oigo el sonido de un mensaje en el móvil. El remitente es “Condo”. Mientras Pili me corta unas rodajas de rojo atún en mi grosor preferido, leo:</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><i><span style="font-family:Arial;">“Espero que te gusten las gincanas. Atenta al próximo mensaje. Condo.”</span></i><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Claro que me gustaban las gincanas. En realidad me fascinaban. Las gincanas, junto al juego de la Oca, me parecían el símbolo más paralelo a la vida, una acertada metáfora de que el tiempo –y la luz- sólo viajan hacia delante aunque lo haga en saltos, en quantos. Por eso me acordé de Max Plank en la pescadería mientras Pili cortaba el atún y yo leía el mensaje en mi móvil, todo a <st1:personname productid="la vez. El" st="on">la vez. El</st1:personname> misterio que se va desvelando de pista en pista, de salto cuántico al próximo salto cuántico, era, en definitiva, el motivo de que las gincanas me fascinaran: el placer de una revelación en tramos que anticipan, en piezas de degustación de lo que se avecina. Algo parecido –suponía- a lo que debe sentir un hombre al ver desnudarse a una mujer en lenta voluptuosidad.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Después del mercado de mi barrio, tenía previsto buscar una carnicería árabe. Hacía meses que una amiga casada con un libanés me había hablado de la carne “halal”. Parecía evidente lo que había leído años atrás en una revista esotérica: cuando comemos carne, nos comemos también el miedo que el animal pasó en la cola del matadero. Hubieron de transcurrir bastantes años más para que comprendiera que ese miedo se llamaba adrenalina y cortisol, que dejan el músculo tenso. Si la gente supiera más del terror a morir –había pensado- nadie comería carne. Maribel me confirmó con su explicación que el hecho de que la muerte de los corderos musulmanes ocurra en un dulce sopor hace que su carne deje el mundo en forma mucho más tierna; como mucho, lo que uno ingiere entonces es un profundo y agradable sueño.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Y, tras aplazarlo varios sábados, había elegido justamente aquel para ir en busca de una carnicería árabe.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Desde la calle llamé a Mohammed.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">-Oye, Mohammed, ¿tú no conocerás alguna carnicería árabe?</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">-¿Carnicería árabe? Sí, muchas, pero… A ver, no sé exactamente la calle… Si vas al Raval ahí hay muchas, si bajas por… y tuerces a la derecha, tú pregunta por ahí.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">De modo que encaminé mis pasos hacia la zona amorfa de la ciudad con más concentración de residentes árabes pero sin ningún plano ni dirección bien dibujados en <st1:personname productid="la cabeza. Ya" st="on">la cabeza. Ya</st1:personname> no me sorprendió mucho recibir otro SMS de Condo en que se hacía evidente que ese día estaba bien conectado con mis planes. Leo:</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><i><span style="font-family:Arial;">“Hacia el suroeste te guiará la pequeña mano negra”</span></i><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Me encantaban estos acertijos. En Condo había tanto misterio que ese juego le encajaba muy bien. Pero le conocía y sabía que tras ese juego había algo importante, algo que tenía que ver con otra búsqueda. Con la verdadera.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Caminé hacia el suroeste por el primer callejón que me ofreció el juego, callejones de persianas enrolladas en los balcones y de vez en cuando un olor a jazmín que ignoraba de dónde venía. Unos niños marroquíes jugaban en una pequeña plazoleta. Ahí me detuve, pues me encontraba en una minúscula encrucijada de tres nuevos callejones. Miré alrededor: aparte de los niños y su balón, había una peluquería con un solo cliente árabe, más allá unas frutas expuestas en el exterior de un humilde comercio. Y nada más. Pero entonces, como tatuado sobre la piedra de una de las esquinas, ví un pequeño dibujo negro. Aunque algo desdibujado por los eones, se reconocía en él un puño con el índice extendido. Era eso, pensé. Y seguí la señal del dedo sin dudarlo un momento.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Tras varios minutos de andar, recibí otra pista más desde el móvil de Condo:</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><i><span style="font-family:Arial;">“Busca Halal y pregunta por la quinta tienda. Ya estás cerca”</span></i><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">¿Cómo sabría Condo que hoy quería comprar carne <i>halal</i>? Gracias a mi amiga sabía que esa palabra<i> </i>era la garantía de que el animal había sido sacrificado debidamente. Sigo caminando, caminando, caminando, por callejones en los que jamás había estado y que parecían estrecharse a medida que me iba adentrando en ellos. Tanto caminé que llegué a <st1:personname productid="la misma Persia" st="on">la misma Persia</st1:personname> y, una vez en ella, no creí transgresión el preguntar algo por mi cuenta al primer mercader que vieran mis ojos. Fue un hombre vestido con chilaba y birrete que ordenaba un estante. Entré.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">-Perdone… ¿usted conoce por aquí alguna carnicería árabe?...</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Me contó con todo detalle y entre reverencias cómo llegar a la más próxima y seguí andando todo recto por un mismo callejón. Me crucé con una sobrina-nieta de Schehrazade y con varios humanos más, hermanos de una raza morena y sangre tan roja como el sol que se acuesta cada atardecer entre las dunas: estaba ya dulcemente perdida, sin duda, por otro tiempo y otro espacio pero no me asombró porque sabía que Condo no me dejaría perder más allá de lo necesario.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Pregunté en otro comercio aún y un chador marrón me indicó que ya estaba muy cerca: apenas pasado el mercadillo de joyas de ámbar hallaría lo que buscaba. Había dejado de sentir mis propios pasos entre aromas a especias y el zumbido del simún en un yo interior que se expandía más allá de la estrechura del callejón.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Y me encontré en una avenida algo más amplia, sólo para camellos y peregrinos, que se extendía ante mí como un amable río que ofrece sus dos márgenes a elegir. Me paré y sentí el cansancio de tanto andar. Al mirar alrededor, mi vista se topó enseguida con un letrero blanco de letras rojas que ponía:</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><span style="font-family:Arial;">“Carnicería”</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">y debajo, en letras más pequeñas,</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><span style="font-family:Arial;">“<span style="color: rgb(0, 0, 153);">Halal</span>”</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Dos hombres árabes –uno en la caja y otro en el mostrador- me esperaban desde tiempos inmemoriales. Montones de rojísimos músculos truncados en su último sueño se amontonaban en <st1:personname productid="la fresquera. Ped■" st="on">la fresquera. Pedí</st1:personname> de dos piezas distintas y el más joven cogió, cortó y envolvió con pericia aquella ternura. Mientras le pagaba al tesorero, de pronto recordé la indicación de Condo (“Busca Halal y pregunta por la quinta tienda”), pero me cohibía preguntar tan directamente. ¿Qué podía significar aquello?</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">-Perdone… ¿Usted sabe si por casualidad, por aquí… una tienda de esta misma calle…</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Al darme cuenta de que el hombre que estaba sentado a la caja no parecía entender bien el español me sentí flaquear.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">-Sí, debe referirse a la tienda de Muammar –dijo el que había cortado <st1:personname productid="la carne-. S■" st="on">la carne-. Sí</st1:personname>, es… una, dos, tres… cuatro… cinco tiendas más hacia allá –dijo señalando con el brazo.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">-Gracias.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Así fue como llegué al siguiente punto de la gincana de Condo dentro de una Persia viva que aún latía en mí (Condo solía bromear que yo en otra vida fuí una esclava egipcia). Al acercarme, ví que esa tienda número cinco era de ropa árabe. Pero ignoraba porqué estaba ahí, así que encendí un cigarrillo en la acera por si se me hacía <st1:personname productid="la luz. La" st="on">la luz. La</st1:personname> mente de Condo vino en mi auxilio y leí un nuevo mensaje:</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><i><span style="font-family:Arial;">“Está encargado y pagado. Sólo has de llevártelo. Obedece mi mandato</span></i><i><span style=""><o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><i><span style="font-family:Arial;">y no preguntes. Más instrucciones mañana”</span></i><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Oh, claro que lo haría, “no lo dude”, le dije mentalmente, aunque no sé si le llegó mi idea volátil. Entré, ahora ya decidida, a la tienda donde el tuáreg me recibió con una amplia sonrisa blanca sobre su barba gris y su túnica blanca.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">-Buenos días –dije en mis mejores modales-, vengo a buscar algo que creo que han encargado… Ya está pagado y…</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">-Oh, sí, señorita, ahora mismo se lo traigo, lo tengo dentro –dijo el amable señor entrando en la trastienda.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Su respuesta ya no podía sorprenderme, aquel hombre pertenecía en ese momento a la misma dimensión mágica del juego de Condo. Sentí que todo el universo se confabula constantemente en un gran juego cósmico: sólo hay que atreverse a participar en cualquiera de los millones de juegos y posibilidades que esperan desde siempre que simplemente entremos en ellos con la inocencia de un niño.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Esperé impaciente. Los regalos-sorpresa siempre emocionan, pero viniendo de Condo podía esperar cualquier cosa. Mientras esperaba, paseé entre los estantes de la tienda y ví túnicas, chadors de distintos colores, alguna bisutería de Oriente… ¿Qué sería lo que me esperaba?</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Tomé el paquete, agradecí al tuáreg y salí de la tienda.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Cuando lo abrí en casa y rompí el papel que lo envolvía, apareció un segundo envoltorio en papel de seda color carmesí. Mientras lo rasgaba pensé frágilmente que aquel era el primer regalo que me hacía Condo en tanto tiempo. Estaba más emocionada de lo que había previsto, y también ansiosa por ceder a cualquier indicación, a cualquier utilidad o sentido que pudiera tener su obsequio. Confiaba a ciegas en él. Al quedar al descubierto una tela azul marino con algunos bordados, la tomé y la desplegué ante mí en toda su extensión: ¡era un burka, con una delicada red de ganchillo para la faz!</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">Las preguntas surgían apelotonadas de mi interior desde aquel matiz mío que Condo llamaba de ingenuidad. La idea de verme disfrazada no me encajaba del todo en la sutil mentalidad de Condo, eso habría sido un juego de niños para alguien como él. No, él iba más allá de las telas, de los colores, de un misterio tan simple que se dejara apresar en una vestidura. Pero no tenía más remedio que esperar. Obedecerle y esperar.</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style=""><span style="font-family:Arial;">El domingo me pareció discurrir más lentamente de lo habitual. Pasé horas a la deriva en aquel cauce de ansia, debiendo desechar interrogante tras interrogante dentro de mi curiosidad. Me dediqué a teclear la reseña del último libro leído, uno de Panikkar sobre <st1:personname productid="la m■stica. Baj←" st="on">la mística. Bajé</st1:personname> a tomar mi café de los domingos a mi bar preferido. Subí. Interrumpí <st1:personname productid="la resea. Planch←" st="on">la reseña. Planché</st1:personname> lo justo. Miré mi móvil varias veces durante el día por si, por un casual, no hubiera oído el tono de los mensajes. Finalmente, después de comer, llegó el que esperaba, la última pista que conducía al final del enigma:</span><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><i><span style="font-family:Arial;">“Esta noche 9:00 me invitas a cenar en tu casa animal muerto en sueños. Llevarás puesto mi obsequio y nada más. Ningún temor a los símbolos, sirven para comprender”</span></i><span style=""><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="font-family:Arial;">
<br /></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="font-family:Arial;">Aquello sí que no había podido imaginarlo. La emoción me embargó plenamente, ¡Condo cenando en mi casa! Abandoné cualquier otra cosa y empecé a esmerarme en preparar un guiso cuya receta argelina encontré en internet. Utilicé cilantro, jengibre rallado, pimienta en grano y clavo. Me vertí yo misma entregándome en lo que hacía, ansiosa por recibir a tan ilustre comensal, mi maestro de tantas cosas. ¿Le gustaría mi casa? ¿Le gustaría mi sillón de anticuario? A toda prisa, mientras el guiso se iba enterneciendo, ordené un poco más el salón y repasé el baño, hacía mil cosas a la vez porque las horas parecían pasar de pronto demasiado velozmente. Nada me parecía demasiado bueno para aquella visita inesperada y, corriendo de un lugar a otro del apartamento, miraba aquí y allá buscando imperfecciones que solventar, plantas a las que buscar un rincón quizá más adecuado, lamparitas que encender o apagar… Algo antes de las nueve me azoré al recordar que no tenía cerveza, bajé rápidamente al supermercado y volví con taquicardia. Preparé la mesa asegurándome de que no faltara nada para mi invitado, de que todas las lamparitas estaban encendidas. Quemé incienso de canela y, al sentir aquel aroma, me dí cuenta de que nunca me había sentido tan feliz ni ansiosa en toda mi vida. Ya no me preguntaba qué extraño juego tenía hoy Condo en la cabeza.
<br />
<br /></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="font-family:Arial;">(continuará)
<br /></span></p><span style="color: rgb(255, 255, 255);"></span>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-81488292550817883232007-10-18T17:47:00.003+02:002007-11-24T10:30:22.655+01:00<span style="font-weight: bold;font-size:130%;" >BLOG TEMPORALMENTE EN OBRAS. SE ACONSEJA UTILIZAR EL ÍNDICE.<br />GRACIAS.</span>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-48469268928952760822007-10-03T01:55:00.000+02:002007-12-08T10:03:10.785+01:009. Condo introspectivoEN REVISION<span style="color: rgb(255, 255, 255);"></span>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-12642977815685288612007-09-25T22:22:00.005+02:002010-10-17T20:38:47.438+02:007. Condo y la condesa, mayo del 68<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >M<span style="font-size:100%;">e extrañó mucho recibir un SMS de Condo, no le hacía a la tecnología moderna. En la sala de espera del analista de sangre, miro y leo<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: center;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >
<br /></span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: center;"><span style="font-size:100%;"><i style=""><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >HOT.IMPERIAL 20:00., LUEGO CENA EN REST. DONDE SE PUEDA FUMAR</span></i></span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" ><o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CAna%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><span style="font-size:100%;"><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName" downloadurl="http://www.microsoft.com"></o:smarttagtype></span><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Arial Narrow"; panose-1:2 11 5 6 2 2 2 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:647 0 0 0 159 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin-top:0cm; margin-right:0cm; margin-bottom:6.0pt; margin-left:0cm; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; mso-bidi-font-size:10.0pt; font-family:"Arial Narrow"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-font-family:"Times New Roman";} p.MsoFooter, li.MsoFooter, div.MsoFooter {margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; text-align:justify; mso-pagination:widow-orphan; font-size:8.0pt; mso-bidi-font-size:10.0pt; font-family:"Arial Narrow"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:EN-GB; mso-fareast-language:EN-US;} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.9pt 53.85pt 70.9pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">
<br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Admití para mis adentros que es un pozo de sorpresas, pero tenía mucho que hacer y no volví a pensar en ello hasta media tarde.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">El taxi me deja en la puerta del hotel. Entro preguntándome cómo le encontraré. En el amplio vestíbulo me acerco a leer de cerca un gran cart</span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">el en un caballete: “Hoy: Conferencia sobre Literatura Terapéutica” y los datos sobre la sala de convenciones, el piso y <st1:personname productid="la hora. Es" st="on">la hora. Es</st1:personname> a las ocho y faltan tres minutos. No hay duda de que será aquí, pienso. Pero Condo parecía estar alerta y le veo acercarse desde lejos.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Sí, condesa, es esto. Anda, ven, que es la hora –dice, haciéndome subir con él una amplia escalinata y entrar con él en una sala de doble puerta.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Pero... ¿qué...?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Me explica en palabras apresuradas que hoy va de ponente literario, apenas tengo tiempo de alzar las cejas mientras entramos. Superando las rodillas encogidas de otros dos asistentes, me acomodo algo precipitadamente en una silla mientra</span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">s Condo continúa el paso hacia la zona del estrado. Sentados a una mesa cubierta de un sobrio mantel azul marino, distingo a un par de escritores conocidos y un periodista-escritor en auge, Condo cruza unos susurros con ellos. ¿Hablará él también? Tardo poco en saberlo, porque se sienta justamente en la silla que los demás han dejado para él en el centro de la mesa y ya está golpeando ligeramente su micrófono para comprobar que funciona. Mi sorpresa aumenta cuando me doy cuenta de que realmente es él quien dirige el cotarro.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Son las ocho y un minuto cuando acciona un portátil conectado a un proyector de cañón, y se ilumina en la pantalla la primera diapositiva de una presentación en Powerpoint que contiene un decálogo de normas para escribir. ¿Tendrá ya terminada su obra maestra? Ah, pero no seré yo quien se lo pregunte.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Al principio habla de la escritura como oficio: cuenta ante un silencio sepulcral que se escribe para exorcizar, para curarse, habla de catarsis y de un</span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;"> montón de cosas que me dejan extasiada, sobre todo porque justamente estos días me estaba preguntando para qué escribir. ¿Cómo lo habrá sabido?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Desarrolla, una a una, cada una de sus leyes personales. En una de ellas, la número cuatro, explica que cuando el sentido de un libro ha caducado se lo puede quemar sin escrúpulos. Algunos oyentes le hacen discretas objeciones y preguntas que resuelve quizá algo dogmáticamente, pero es su aire, el que va con él. De lo demás que dijo, lo que mejor recuerdo es que la ambigüedad en la narración permite al lector generar su propia conclusión. Añade que Cortázar a eso le llamaba hacer un guiño al lector, ayudarle a cruzar el puente. Al decir eso ha cruzado su mirada con la mía en un instante imperceptible para los demás.<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Una hora y cuarto después termina <st1:personname productid="la sesin. Aplausos" st="on">la sesión. Aplausos</st1:personname>, elogios mútuos, bipedestación de los oyentes entre murmullos de ropas levantándose, es</span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">trechamientos de manos sonrisa incluída (unas sinceras, otras menos) y poco a poco se vacía la sala.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Me ha encantado, Condo, me ha impresionado usted, de verdad –digo mientras salimos.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Soy listísimo, ¿eh? –pregunta satisfecho-. Pues nada, ahora una cenita para celebrar el éxito. ¿A dónde me llevas?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Entramos en un palacete renacentista, subimos otra escalera -ésta de piedra- y elegimos mesa junto al único balcón. Me irían bien algunos cons</span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">ejos más para mi novela, pero...</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¿Y qué?, ¿cómo va tu novela? –se interesa, dejando su Camel sobre la mesa y buscando el encendedor.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Levanto los hombros, pero unas palabras no estarían de más.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Psé, parada. Pero no quiero hablar de ello, antes debo digerir su sabio decálogo -he intentado desviar el tema pero no sale bien.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Debes quitarte de encima esa humildad paralizante que te coarta, condesa –indica-. Primero que nada tienes que creértelo tu misma que eres un genio, sino no saldrá nada. Tienes la autoestima herida de muerte pero lo conseguirás, sí.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Él siempre tan sutil.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¿Cambiamos de tema, si no le importa?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¡Ja, ja! Tu madre otra cosa no, pero de educar te educó bien –dice mirando <st1:personname productid="la carta-. Oye" st="on">la carta-. Oye</st1:personname>, ¿Rioja o Ribera?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Parece animado, satisfecho de sí mismo y de <st1:personname productid="la conferencia. Y" st="on">la conferencia. Y</st1:personname> es que él no tiene problemas de autoestima. Y yo no sé para qué escribo, ni para quién, ni por qué ni cómo empecé. Escribir, coinciden muchos escritores, es más una necesidad que un oficio. Se nace con esa necesidad o sin ella y eso es todo. “Pero es un tema trillado, Condo</span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">”. Soy de los que comenzó a escribir en la infancia, luego pasé por la imprescindible fase poética, y más tarde decidí que hasta los cuarenta no puede hacerse nada que valga la pena, pero esos cuarenta ya están casi aquí.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Bah, yo también escribía poemas –murmura Condo con displicencia, mientras sigue leyendo la carta tras las gafas-, pero, si te digo la verdad, ahor</span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">a ya no me parecen tan buenos.
<br /></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Después de cenar, vamos a mi sitio preferido para una copa, donde se escucha música barroca en otro palacete gótico: mi templo privado para un long-drink, donde un leve olor a incienso se pierde en su camino a techos altísimos (incienso que además Condo no olerá por su rinitis) y decoración estilo <i>horror vacui</i>: fruteros llenos, bustos de dioses romanos, pesados tapices, oscuros y enormes cuadros de la escuela holandesa del XVII, alacenas de roble con animales disecados, cosas así. O sea, el sitio más agra</span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">dable para un artista, donde el espacio es tan amplio que ensancha el alma; el ambiente, tan sedante que, en cuanto uno se sienta ahí, las memorias se aposentan y expanden como el cuerpo de un gato frente a una chimenea; y la penumbra, la just</span></span><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">a para ser llevado a terrenos que están medio aquí, medio allá: como Condomina, que tiene un pié en varios lados del arte y toca seis instrumentos.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¡Aaahh, magnífico, Vivaldi! Concierto en La menor para oboe y cuerda, éste lo toqué en… –dice, acomodándose en un sofá Luis XV tapizado en verde. ¿Se ha levantado la levita antes de sentarse o ha sido una alucinación mía? Realmente, este concierto le transporta a uno al dieciocho instantáneamente.</span></span><a href="http://1.bp.blogspot.com/_8Y_v6iczu0E/TLtCaUXe6vI/AAAAAAAABJM/RoCX34YX5tw/s1600/mayo68.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 207px; height: 154px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_8Y_v6iczu0E/TLtCaUXe6vI/AAAAAAAABJM/RoCX34YX5tw/s400/mayo68.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5529085987438652146" border="0" /></a></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Pedimos al camarero, él un cubata de ron y yo un whisky con agua, y Condo continúa en tono alegre:<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-En cambio Bach era un funcionario, un advenedizo que hizo carrera política en una de las cortes más corruptas de su época, pero vivió casi 72 años el tío, tuvo doce hijos vivos y revolucionó la música resumiendo el Barroco en su obra.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Qué genes –balbuceo admirada.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Pues ahora que lo dices, ningún hijo heredó su talento –explica Condo, que es como una enciclopedia viviente-. Incluso se reconstruyó su genoma y se intentó buscar sus genes en la Leipzig actual. ¿Y sabes cuánta gente de Leipzig hoy lleva algun gen de Bach?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Le interrogo con los ojos, mientras nos dejan las bebidas sobre la mesa.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Ninguno, así de cruel. ¡Ja ja, brindemos por sus huesos!</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">El cuarteto tira de mí por las orejas y me sitúa abruptamente en la cabina de un trasatlántico. Qué cosas tiene el cerebro. Por motivos técnicos que desconozco, flota en los archivos de mi memoria la música de Vivaldi en el camarote de un barco. Yo estoy en una cuna y miro al techo, de placas de yeso blanco y suena un cuarteto sospechosamente parecido.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Hum, ¿y qué hacías en ese trasatlántico? –pregunta Condo.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Mirar al techo y oir a Vivaldi. Es que sólo tenía unos meses.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Quiero decir de dónde venías –aclara él.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Ah, de las Américas –aclaro yo-. Ya sabe, venía de nacer ahí. El primer viaje.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-La primera huída –corrige Condo.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¿Usted cree?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Lo que yo te diga: todo viaje es una huída –afirma él, contundente.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Deja su postura recostada y se incorpora bruscamente en su asiento, se anima, roza mi brazo al hablar como si necesitara aún más atención, se entusiasma cuando explica:</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¡Sí! ¿no lo ves? Tú te has pasado la vida viajando o siendo secuestrada como Perséfone, ¿no te das cuenta? Pero en el reino de Hades no hay que comer ni beber, ¡ja, ja!, porque sino te conviertes en espectro, porque como sabes... –Se interrumpe de pronto, pues su mente insaciable vuela de un sitio a otro-. Oye, ¿era ahí donde vivías en la avenida de los mangos?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-No, Condo –digo pacientemente-. La avenida de los mangos fue en el 68. En mayo, cuando usted andaba por París. Creía que se lo había contado una vez.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¿Ah, sí? –se pone a calcular mirando al techo lejano.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Sí, mientras Europa se preparaba para un lifting espiritual con los Beatles como teloneros, mi madre me raptó y volvimos a las Américas. La segunda huída, pero esta vez de paquete. ¿No se lo había contado un día?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¡Ya lo decía yo! ¿Ves? ¡Otra vez secuestrada, como Perséfone! –se emociona Condo. Los secuestros le entusiasman.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-A Perséfone <st1:personname productid="la rapt Hades. Casi" st="on">la raptó Hades. Casi</st1:personname> que lo habría preferido, la verdad.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Él mira entonces hacia un busto que hay sobre un chiffonier surrealistamente lleno de cosas.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¿Has visto? ¡Es Minerva, o sea Atenea! ¡Todo coincide!-. Es que últimamente también le ha dado por la mitología.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¿Quiere usted decir? –dudo.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Claro, Minerva siempre lleva casco, ¿lo ves? ¿Y dónde vivíais? –retoma el hilo.<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-No, me refiero a si quiere decir que todo coincide. Vivimos unos meses de realquiladas en casa de...</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¡Ja, ja, ja! –se desternilla Condo para mi asombro-. ¡Ja, ja, ja!</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Le miro fijamente con los ojos muy abiertos.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¿Dónde está la gracia?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¡Ja, ja, ja! ¡Realquiladas! –continúa él riendo.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Le aseguro que no fue divertido –digo desempolvando un episodio de los confines de mi memoria-. Estábamos en casa de otra divorciada con una hija de mi edad, Denise. Era un cachorrito de Lachesis, pero muy, muy, malvada. Un día yo estaba en el salón, me creía sola y encendí tímidamente el televisor. Hablamos de los años sesenta, dese cuenta, a mí aún me alucinaba ese juguete fantástico. Denise apareció de la nada y lo apagó, diciendo “Este televisor es <i>mío</i>” y se quedó ahí, de pié, con los brazos cruzados amenazadoramente. La odiaba, créame.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Angelito –aprueba Condo tomando un sorbo.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Y mientras, usted en París, ¿no?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¡Oh, sí!... –rememora él. Realmente hoy está muy alegre. Yo no sé cómo se aclara, con tantos datos que archivar en orden-. Entonces yo tenia un amigo comunista que estaba en Paris, iba a alojarme con él. Pero yo no llevaba pasaporte porque aún era menor de edad y mi padre, como imaginarás, por supuesto no me había dado permiso. ¡Ja, ja! Mi amigo estaba estudiando en la Sorbonne y me prometió trabajo en Paris y también mucha actividad política, de manera que me largué ahí aún con la oposición de mi padre, así que yo ya sabía que me andaría buscando toda la guardia civil que él pudiera movilizar.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Cuando dice <i>Sorbonnnnne</i> pone el chip de su impecable acento francés.
<br /></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Qué curioso –le interrumpo, pensativa.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¿El qué?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Que en los mismos días ambos estábamos lejos de casa y con gendarmes rondando cerca.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Hum –se atusa Condo el bigote, fingiendo pasar por alto la casualidad.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Sí, mi padre también andaba movilizando a la policía.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¿Ah, sí? –pregunta finalmente.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Sí, porque tras el abandono de hogar conmigo incluída, nos localizó finalmente al otro lado del Atlántico y sus amigos policías de antaño, a cambio de antiguos favores, tenían rodeada la casa por si acaso mi señora madre oponía resistencia.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-La casa de la avenida de los mangos... –se sitúa mentalmente Condomina.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Veo que ya le van encajando las piezas.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Pobrecita –murmura él-. ¿Y cómo acabó?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-No me consuele, yo sólo fui una pieza más. Pero siga, siga usted con su historia y luego enlazamos los finales, si quiere. Me estoy oliendo que serán parecidos.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Condo suspira levemente y obedece gustosamente:</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Pues verás -rememora-: lo curioso es que una vez en el tren nadie me pidió la documentación, y así llegué a Paris justo antes de la revolución que ya se adivinaba en el ambiente. Mi amigo me consigió un empleo de camarero y él volvió a la <i>Sorbonnnne</i>, pero yo al poco tiempo estaba en el hospital...</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¿En el hospital?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Sí, cogí las fiebres de Malta. Allí fuí recuperado por los gendarmes y devuelto a mi padre-. Toma otro sorbo y dice-: ¿Y tú?</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Pues lo mismo: también recuperada con policía de por medio y devuelta a la patria, ahí tiene el final. Ya le he dicho que intuía finales parecidos.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-¡Ja, ja! Las autoridades nos devolvieron a ambos adonde debíamos estar –dice Condo, entornando los ojos con Vivaldi de fondo.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Qué primavera inolvidable aquella, Condo.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">-Sí, qué mayo del 68...</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">Con él, de lo que es difícil recuperarse a veces es de algunas coincidencias. Sincronicidades, dice que le llamaba Jung a esto. En casi todo lo demás somos diametralmente opuestos.</span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:Arial;">(FIN)<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;font-size:100%;" ><o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;">jun-06</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; line-height: 110%; text-align: justify; font-family: arial;"><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif nov-2007</span></p><p class="MsoNormal" face="arial" style="margin-bottom: 3pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif jun-2009</span>
<br /><span style="line-height: 110%;"><o:p></o:p></span></p>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-20495592646054403932007-07-23T19:16:00.000+02:002007-09-14T20:26:55.989+02:0027. La condesa y los arcanos<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://bp0.blogger.com/_8Y_v6iczu0E/RqTiziUI-KI/AAAAAAAAAMo/2cTy2WLP0Us/s1600-h/tarot-3+%28serie%29.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer;" src="http://bp0.blogger.com/_8Y_v6iczu0E/RqTiziUI-KI/AAAAAAAAAMo/2cTy2WLP0Us/s200/tarot-3+%28serie%29.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5090442853847988386" border="0" /></a>EN REVISION</div>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-81714945345249446132007-07-23T19:04:00.002+02:002023-09-07T13:32:42.093+02:0026. Condo en el laberinto<a href="http://bp2.blogger.com/_8Y_v6iczu0E/RqTgLCUI-II/AAAAAAAAAMY/k1ws933BN1k/s1600-h/venice%2Bconde-condo+2.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"> </a><p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: right; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-size: 100%;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">“¿Lo creerás, Ariadna? -dijo Teseo-. El Minotauro apenas se defendió”<o:p></o:p></span></span></p> <p align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: right; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;"><span style="font-size: 100%;">(J.L. Borges, <i>La casa de Asterión</i>)</span><o:p></o:p></span></p> <a href="http://bp2.blogger.com/_8Y_v6iczu0E/RqTgLCUI-II/AAAAAAAAAMY/k1ws933BN1k/s1600-h/venice%2Bconde-condo+2.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5090439959040030850" src="http://bp2.blogger.com/_8Y_v6iczu0E/RqTgLCUI-II/AAAAAAAAAMY/k1ws933BN1k/s200/venice%2Bconde-condo+2.jpg" style="cursor: pointer; float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt;" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><a href="http://bp3.blogger.com/_8Y_v6iczu0E/RqTgLSUI-JI/AAAAAAAAAMg/pNIzLbXKdo8/s1600-h/laberint+04.bmp" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5090439963334998162" src="http://bp3.blogger.com/_8Y_v6iczu0E/RqTgLSUI-JI/AAAAAAAAAMg/pNIzLbXKdo8/s200/laberint+04.bmp" style="cursor: pointer; float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt;" /></a> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">No se cómo, pero me había perdido otra vez. Todo habia empezado en el metro, con Elena; ella hablaba, como siempre; me contaba cosas y yo <st1:personname productid="la escuchaba. Fuera" st="on">la escuchaba. Fuera</st1:personname> de tanto hablar o de tanto escuchar que hubo un lío de estaciones, un darse cuenta demasiado tarde, un mirar al itinerario colgado en la pared del vagón y darnos cuenta de que nuestra estación quedaba tres estaciones atrás.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Luego todo fué un bajar a toda prisa recorriendo pasillos sintiéndose fuera de lugar, comprobando, un volver cabezas aquí y allá. El desajuste se diluyó en una despedida acelerada en un punto de la ciudad bastante lejano de aquel donde debía encontrarme a aquella hora del mediodía.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Y todo esto no tendría la más mínima importancia en mi vida si no fuera porque, debido a todo esta cadena de circunstancias inesperadas, me hallaba en un cinturón de la metrópolis, de esos sin semáforos, una autopista que circunda <st1:personname productid="la ciudad. Los" st="on">la ciudad. Los</st1:personname> zumbidos de los coches desapareciendo en la distancia me hundía aún más en una soledad extraña de autostopista fuera de lugar.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Empecé a caminar hacia no sabía dónde. Decidí escapar de aquel paisaje distópico adentrándome por el primer desvío que ví. Caminé y caminé y caminé, y me encontré lejos de los coches y ante una verja. Era ahí, justo ahí, donde Condo parecia estar esperándome. Dijo que le acompañara, que quería mostrarme algo. Con él ya nada me asombraba.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Cruzamos la verja que separaba lo que quedaba del mundo civilizado de un inmenso espacio de jardines, un trozo de naturaleza puesto allá como una burbuja verde enmedio de un mundo gris de asfalto y contaminación. La pérdida de sentido del tiempo y la presencia inesperada de Condo iban muchas veces hermanadas, pero pregunté dónde íbamos porque a mi siempre me gusta saberlo todo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Aseguró que íbamos a un lugar donde no había estado. Cruzamos un inmenso jardín viscontiniano y dejamos atrás un estanque lúgrubemente saturado de hojas mustias. El tiempo parecía llevar dos siglos detenido en ese escenario semiabandonado y algo deprimente que ahora era atravesado por dos seres vivos venidos de un futuro gris marengo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Hasta aquel momento no me había dado cuenta de dónde estábamos. Exclamé, parando mis pasos:<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿¿Aquí?? Pues claro que he estado aquí antes, Condo, ¿qué se creia? Esta es <i>mi</i> ciudad.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Era el Jardín del Laberinto.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-No -dijo, obligándome a seguir adelante agarrada suavemente por un codo-. Has estado pero no lo conoces bien. Ven.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Noté que la boca se me resecaba. En realidad, la última vez que había estado en el laberinto tendría doce o catorce años.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Es lo que toca ahora -aseguró en un tono que me pareció un poco autoritario.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Pero… Espere, ¿no pretenderá entrar... ahí dentro?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¡Pues claro! -contestó, acercándose peligrosamente a la entrada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Se me resecó la boca aún más, sentía un miedo irracional y mis latidos apresudados por el traicionero cortisol. ¿Qué pretendería?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿Qué hacemos aquí? ¿Qué quiere hacer?...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Jugar, si te parece.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿Jugar?... Pues no me apetece nada entrar ahí para que usted juegue a encontrarme, se lo digo en serio.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Es que no vas a entrar: lo haré yo y tú me esperarás con el mitológico ovillo -dijo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Era evidente que lo tenía todo premeditado.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Condo es más que imprevisible y no niego que ahí está una de sus gracias. Esta vez, sin embargo, sus jueguecitos estaban yendo demasiado lejos. No me gustaba el laberinto, ya me había sentido fuera del mundo ahí un par de veces. Y ahora sentía terror a que se perdiera él. No. Quería gritar que no, patalear. Pero me sentí estúpida, una condesa no podía perder el porte a estas alturas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-No… no haga eso, se lo ruego -murmuré, intentando detener, inútilmente, el escalofrio que me latigaba la espalda.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Tú no te preocupes -dijo él, totalmente decidido, mientras me entregaba algo-. Ten.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Me entregó algo que ocupaba un volumen discreto en mi mano pero que no dejaba verse. Algo que sólo se comprendía por el tacto, blando y redondo. Parecía un ovillo. Pensé que esa vez se estaba excediendo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-No... No me haga esto, Condo, se lo pido por lo que más quiera...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Debo ir al encuentro del Minotauro -anunció-. Tú haz lo que digo y espérame aquí.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Tomó el cabo del hilo y desapareció sin más, impasible y sereno, cruzando con gallardía dieciochesca la entrada de lo desconocido entre dos altos cipreses, sin darme tiempo siquiera a intentar convencerle por última vez. Eran dos cipreses imponentes, la primera pareja de una larga hilera que se ramificaba tras ellos en forma de incógnita.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">En pleno mediodía, el silencio y el sol comenzaron a aplastarnos a mí y a mi miedo ante la abertura que no debía cruzar sino ante la que sólo debía esperar pacientemente. Quería llorar, me sentía como una niña abandonada a plena luz del día. Atisbé tímidamente dentro pero sólo se veía más y más cipreses apropiándose de la estela de quietud que había dejado Condo tras de sí después de dejarse engullir por el laberinto.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Condo… no -creo que susurré para nadie.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Oí aún su voz, ya desde las entrañas de aquel repliegue vegetal.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¡No te preocupes, he dicho!... ¡Tú sólo sostén el ovillo, por lo que más quieras…! Y no dejes de confiaaar…<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Luego se hizo el silencio más espantoso, una calma terrorífica rota sólo por el canto de un jilguero ajeno al miedo y a los mitos griegos. Pensé que le odiaba por hacerme esto. En el interior de aquel silencio de pánico, el tiempo se estiró como un chicle. Transcurrieron horas o días o años, masticados lentamente por el mediodía, desfilando interminables entre los dientes del tiempo. De vez en cuando sentía tirones en el ovillo, que giraba como un ser vivo en mi mano. En esos momentos mis latidos eran tan intensos que cada uno de ellos parecía hacer temblar el universo entero. ¿Y si el Minotauro le había…? Casi podía verlo, enorme, gigantesco, con unas fauces ávidas de sangre, de…<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¡Tenga cuidado, Condo! -intenté gritar cuando el sol ya se había desplazado un buen trozo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Cuando había transcurrido más tiempo del que sabía contar y hacía demasiado que no se oía nada, mis pensamientos comenzaron a volverse realmente negros: ¿y si nunca más volvía a ver a Condo? A pesar de que entrar ahí dentro era una locura, lo consideré por un momento pero lo deseché enseguida: mi papel, mi misión única y especial, estaba ahí, junto a la entrada, sosteniendo aquel hilo mágico, aquella finísimo cordón umbilical. Además, ocurriera lo que ocurriera no debía dejar de confiar, había dicho. Confiar, confiar...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Por otro lado, el toro gigante comía hombres y héroes, no seres de naturaleza incierta, y hacía tiempo que yo tenía dudas sobre la naturaleza de Condo porque en la vida no hay nada que sea cien por cien seguro, cien por cien inamovible. Y últimamente hablaba mucho acerca del héroe, ¿se refería al héroe semidivino o semihumaon? Intenté entretener la inquietud pensando en eso: el camino del héroe es circular, su sentido de misión le lleva a alcanzar el umbral, decía Campbell, y no se detiene a menos que sea aniquilado (¡aniquilado!), aunque suele contar con el apoyo de deidades femeninas. ¿Qué más me había enseñado Condo? Piensa, condesa, ¡piensa! Estrújate los sesos y haz memoria... ¿Qué más? Sí: que su destino es esencialmente interior, una ganancia de subjetividad que luego sabrá transmitir debidamente. Pero había algo más: que debe saber renunciar si quiere saber regresar. ¿En busca de qué renuncias se habría metido Condo ahí dentro?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">“¡No, aniquilado no!”, le dije a mi flaqueza. “Confía, condesa, matará al Minotauro y volverá sano y salvo. Tú confía.”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">El ovillo ya había dado varios giros, lo apretaba fuerte en la mano para que no se me cayera al suelo. Por lo que más quisiera, no debía caérseme al suelo... No podría perdonármelo jamás si… Sentí un repentino sudor frío en las axilas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Después de varias eternidades, mis oidos se agudizaron bruscamente como a un lebrel ante un matorral. Sí, ¡eran sus pasos y parecían cercanos a la entrada! Por fin apareció el héroe y por fin me concedí de nuevo el derecho de respirar a fondo. Me alegré de ver a Condo ahí, otra vez ahí, más ufano que nunca, sacudiéndose algo de polvo de las mangas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Ya he vuelto, ¿ves? -dijo, como si nada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Llevaba algun rasguño en la cara y en una mano. Deseaba insoportablemente preguntar, pero eran tantos los interrogantes que se bloqueaban uno al otro en la laringe sin que pudiera salir ninguno de ellos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Ya lo sé -dijo mientras nos dirigíamos a la salida del parque-, no entiendes y te encantaría entender, pero en este momento debes conformarte con esto: hay que pasar por algunas vivencias concretas para que en el interior se generen ciertos mapas mentales. Unos muy determinados.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿Mapas?...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Representaciones -aclara-, unas muy específicas que no pueden surgir de la nada: para entretejerse necesitan una emoción irrepetible. Autopistas mentales, ya sabes. A la realidad solo podemos acceder mediante analogías, simulacros, metáforas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">¿Y para qué diantre necesitaba él…? ¿O acaso se refería a las mías?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Era preciso -cortó Condo mis pensamientos-. Créeme y ya está. Anda, Ariadna, vamos a comer algo, pero antes te invito a un Martini negro, que te veo un poco paliducha.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">“Como me vuelva a hacer algo así, no sé lo que le hago”, pensé.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">(FIN)</span><b><span style="font-family: Arial; line-height: 110%; text-transform: uppercase;"><o:p></o:p></span></b></p> </div>abr-2007<br /><span style="color: white;">modif oct-2007</span>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-28674819125558861182007-07-23T19:02:00.000+02:002007-12-21T21:12:19.097+01:0025. La extraña voz de CondoEN REVISIONAna di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-13656144026020454752007-07-23T19:01:00.000+02:002007-12-25T01:14:42.031+01:0024. Condo acude a una cita<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: right; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;font-family:arial;" align="right"><span style="font-size:130%;"><i><span style="line-height: 110%;">“Dios no juega a los dados con el hombre”<o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: right; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;font-family:arial;" align="right"><span style="font-size:130%;"><i><span style="line-height: 110%;">(Albert Einstein)</span></i></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: right; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;font-family:arial;" align="right"><br /><span style="font-size:130%;"><i><span style="line-height: 110%;"><o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: right; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;font-family:arial;" align="right"><span style="font-size:130%;"><span style="line-height: 110%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" face="arial" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;">Cruzó el claustro por un lateral, y sus pasos resonaron junto a la fuente que chorreaba tímida entre los arcos. A continuación salió a un jardín y miró alrededor. A la derecha y enfrente, las paredes centenarias se abrían en modernas puertas de cristal. Entró por la de enfrente y a la izquierda vió el cartel “Biblioteca”. Apagó el cigarrillo en el cenicero junto a la entrada y se dirigió al interior. Había estado ahí otras muchas veces y conocía casi de memoria los pasillos que llevaban a las estanterías correspondientes a Filosofía.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; font-family: arial; text-align: justify;">Vió al hombre con gafas sentado en un sofá y supo que era él. El joven le hizo una seña confirmatoria y se saludaron estrechándose la mano.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; font-family: arial; text-align: justify;">-¿Qué tal? –preguntó el hombre-. Pero siéntese, por favor.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; font-family: arial; text-align: justify;">-¿No podríamos salir al claustro? Me gustaría fumar.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; font-family: arial; text-align: justify;">Salieron y se sentaron en un banco. El suave campanilleo metálico del agua rompía el silencio, hasta que Condo dijo:</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; font-family: arial; text-align: justify;">-Bueno, ¿de qué se trata?</p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; font-family: arial; text-align: justify;">-Necesitaba tener una charla con usted –dijo el hombre-. ¿Me daría fuego?</p><div style="text-align: justify;"> </div><br />ene-2007<br />EN REVISIONAna di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-80918036516492553832007-07-23T18:56:00.001+02:002007-12-21T21:11:30.363+01:0023. Condo en la camillaEN REVISION<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:arial;"></span></span><o:p></o:p></span></p>jul-07Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-20855321519148998612007-07-23T18:52:00.001+02:002008-02-17T22:29:28.070+01:0021. La condesa y la SacerdotisaEN REVISIONAna di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-68741525479253660662007-07-23T18:51:00.002+02:002008-02-17T22:28:25.327+01:0020. Condo yogui<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: right; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;font-family:arial;" align="right"><span style="font-size:130%;"><i><span style="line-height: 110%;">“Cuando cesa el parloteo de la mente, el observador y lo observado son lo mismo.”<o:p></o:p></span></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: right; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;font-family:arial;" align="right"><span style="font-size:130%;"><i><span style="line-height: 110%;">J. Krishnamurti</span></i><span style="line-height: 110%;"><o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: right; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;font-family:arial;" align="right"><span style="font-size:130%;"><span style="line-height: 110%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: right; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;font-family:arial;" align="right"><span style="font-size:130%;"><span style="line-height: 110%;"><o:p> </o:p></span></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;font-family:arial;"><span style="font-size:130%;"><span style="line-height: 110%;"><br /></span></span></p>EN REVISION<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:arial;"></span></span><o:p></o:p></span></p> mar-07Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-32611858471849681642007-07-23T18:49:00.005+02:002011-06-26T15:32:06.218+02:0019. Condo psicodélico<meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CAna%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName" downloadurl="http://www.microsoft.com"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Arial Narrow"; panose-1:2 11 5 6 2 2 2 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:647 0 0 0 159 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin-top:0cm; margin-right:0cm; margin-bottom:6.0pt; margin-left:0cm; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; mso-bidi-font-size:10.0pt; font-family:"Arial Narrow"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >El día que Mafalda se enteró de que el planeta es tan grande que cuando sale el Sol por un lado se pone en otro, se le reveló uno de los grandes misterios de la humanidad: el mundo, definitivamente, nunca podía ir bien si cuando unos se acuestan otros se levantan para ir a trabajar.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Era eso, aunque las metáforas son múltiples y variadas. También podría decirse que unos humanos funcionan en FM y otros en AM, de modo que, aún emitiendo uno incluso encima del otro por lo que al dial se refiere, jamás pueden encontrarse sus bandas. Como las líneas paralelas. Ahora mismo se me ocurren varias otras metáforas, mi mente se revoluciona, pero es que estoy sentada en un coffee-shop holandés, y claro, aquí es fácil.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Me he venido a Amsterdam para despejarme (qué ironía decir esto justamente aquí), para aprovechar los restos deshilachados de este verano, y porque he encontrado un vuelo de aquellos que cuestan menos que el taxi hasta el aeropuerto. Necesitaba cambiar de aires, y lo importante de aquí, en este mismo instante, es que me acuerdo de Mafalda aunque a ella no le hiciera falta el cannabis para estar tan lúcida.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >He encontrado este agradable antro de gruesa alfombra y lo he elegido por instinto, es decir, por azar. O quizá por su puerta de madera pintada de azul marino, o por su nombre prometedor. Y he pedido una especie de bollo de maría, y luego un segundo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Dos cincuentones charlan en la mesa de al lado, apenas a un par de metros. No son holandeses sino también españoles, lo sé porque me llegan retazos de su conversación si dejo de pensar en mis tonterías y enfoco el oído. Parecen salidos de un congreso científico, sobre todo porque aún llevan sujeta a la solapa la tarjetita plastificada con un nombre y un logo, de aquellos hombres que aprovechan los viajes de trabajo para echar una cana al aire. Y, cuando el viaje es además a Holanda, para hacer cosas que allá tenemos aún prohibidas. Uno de ellos, bastante flaco, me ha mirado un par de veces furtivamente. Es de aquellas personas que cae simpática incluso desde lejos. Están fumando un porro y tomando unas cervezas; parecen enfrascados en una conversación seria. El flaco escucha al otro con las gafas en las manos, mirándolas sin verlas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Desde el final del primer bollo le estoy dando vueltas a la verdadera naturaleza de Condo. Es un misterio que no me puedo quitar de <st1:personname productid="la cabeza. Me" st="on">la cabeza. Me</st1:personname> haré yo también un canutito.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-...no sabrían enfrentarse a la verdad –está diciendo el más corpulento de mis dos vecinos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Bueno, después de todo me ha quedado bien a pesar de la falta de práctica, lo malo es que a mi viejo Zippo se le ha acabado la piedra justo ahora.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-La verdad, dices... ¿de qué verdad estamos hablando? –dice el flaco como si se hablara a sí mismo o a sus gafas en un tono muy suave, ralentizado, probablemente por efecto de lo que llevan metido en el cuerpo-. Esa verdad que dices tú... tiene tantas caras… como interpretaciones le da cada uno... Y es que la verdad no es un constructo lineal, Toni…<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Pues sí que están profundos, pienso. El tal Toni responde algo, pero, mientras lo hace, el flaco ha captado mis intentos infructuosos de encender, se levanta y me ofrece una caja de cerillas del establecimiento con una especie de reverencia.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Muchas gracias –digo en español, a propósito.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Él sonríe un poco pícaramente, dice “yu ar güelcom”, y en tres pasos vuelve a sentarse con su compañero.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Tiene razón ese caballero: la verdad es polimorfa, volátil diría yo. Jorge y yo, por ejemplo, vemos algunas verdades de modo tan distinto que esperar que el otro aproxime su punto de vista al del otro sería absurdo. Pero el mayor problema para el ser humano supera el entramado de la voluntad: ya no es cosa de desearlo o no, sino que a veces basta haber tomado un cubata, escuchar una música determinada o fumar un canuto, para que “el otro”, esa cosa que son los otros, quede hundido en una neblina desde la que no nos alcanza ni en lo indispensable y se nos queda mirando como desde el otro lado de un abismo. He de darle la razón a Condo: los humanos somos seres discontínuos, incompletos, y el acceso a la totalidad del “otro” es una utopía. Y sin embargo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Al salir la temperatura es agradabilísima y me dispongo a perderme beatíficamente: tomaré un taxi sólo si me pierdo demasiado. Me pongo a caminar por esta noche centroeuropea tan tibia, con el punto justo de humedad. No tener prisa en una ciudad ajena siempre me parece liberador, y más en una ciudad tan entretenida que tan pronto atraviesas una calle como un canal. Estoy en el centro de una ciudad del centro: el centro de los centros: a Condo esto le gustaría, pienso lúcidamente. No voy tan mal, sólo como si en vez de caminar más bien flotara, con una percepción exagerada de cada molécula de noche. Los colores de los edificios parecen estar preparándose para competir entre ellos en cuanto llegue <st1:personname productid="la maana. Me" st="on">la mañana. Me</st1:personname> viene a la mente primero Van Gogh y seguidamente los esposos Arnolfini, de Van Eyck, un cuadro que me extasía.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Al cruzar una calle veo las vías del tranvía y miro a ambos lados por si acaso. Ningún coche ni bicicleta a <st1:personname productid="la vista. Sobre" st="on">la vista. Sobre</st1:personname> todo ninguna bicicleta, que aquí son un peligro público. A unos metros, donde las vías se pierden en el recodo de una placita desierta y mal iluminada, hay sólo un indicio de vida: es un hombre de pie, parado justo en la curva metálica. La contempla ensimismado y, además, parece que le está diciendo cosas. Me acerco, porque no estoy segura pero casi.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Que no, que ya te he dicho que no –está diciendo el hombre mirando al suelo, a la vía.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-¿Condo...?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Era él, en efecto. Se vuelve hacia mí con una iluminada expresión de éxtasis. Y luego dice de mí y de Santa Teresa. Por los dioses del Olimpo, qué viaje lleva, se vé en sus ojos, ¿vendrá de otro <i style="">coffee-shop</i>? Menos mal que le dan buen rollo, nunca le había visto tan risueño. Mira otra vez a la vía del tranvía. Lo hago yo también, como buscando una resolución en el brillo de ese metal.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-¿Qué contempla tan ensimismado, Condo?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >No sé si me ha oído ni si sabe dónde se encuentra, pero parece feliz.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Me está haciendo proposiciones deshonestas –asegura Condo desde su frecuencia psicodélica, arrastrando las palabras con cierta y comprensible dificultad.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-¿Proposiciones?...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Sí, la geisha esta –dice Condo clavando su mirada en la curva de las vías-. ¡Qué curvas insinuantes, qué geometría euclidiana perfecta!...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Ahhh... Sí -concuerdo, esforzándome en ahogar <st1:personname productid="la risa-. Sí" st="on">la risa-. Sí</st1:personname>, desde luego, preciosas…<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Lo cierto es que está muy divertido. Siento algo parecido al instinto maternal y le tomo del codo, para guiarle como hacemos los civilizados con las viejitas que cruzan la calle o con una persona de coordenadas inestables.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-No debería andar así por aquí, Condo... Le acompaño hasta el hotel, si le parece. Supongo que estará hospedado en algún hotel, ¿no?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-¿Lo ves? –dice, volviendo la cabeza hacia los railes del tranvía mientras yo intento que camine en sentido contrario-, paso de ti... ¡Otra vez será, encanto!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Sí señor, muy bien dicho –reafirmo, divertida por su extraña percepción de la realidad.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >“La realidad no es un constructo lineal” había dicho el hombre flaco.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-¡No lo puedo evitar, todas se enamoran de mí! –se queja el cannabis por boca de Condo, que levanta los hombros y suspira.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Claro, es por su carisma –le apoyo, observando un pequeño charco a muy pocos pasos.- y eso que no tiene Facebook, que sino ni imagino!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Es que a mí –dice acercándose un poco, en tono confidencial- todas me aman como entrando en religión, ¿te lo había contado?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Cuidado con ese charquito, Condo –respondo desviándole ligeramente-. Sí, creo que me lo había contado.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Pero claro, las pobres no saben lo que soy –aclara él en tono benevolente. Él a la suya, como Rompetechos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Claro, entonces se entiende –admito.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Pero también podría aprovechar esta ocasión única. Ahora o nunca.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Porque a usted, Condo -digo en un tono de máxima indiferencia- ¿le gustaría ser otra cosa? –Confío que en su estado no me descubra.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Se ríe un poco.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Siempre se quiere lo que no se tiene, ¿no lo sabes? ¡Huuuy!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-¿Qué ocurre ahora?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Se detiene bruscamente, extiende un brazo ante sí y mira el extremo de la manga de su americana absolutamente maravillado, como si fuera la primera vez que ve la manga de una americana.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Miraaaaaaaaa –exclama, inclinando la cabeza a un lado para ver mejor eso que no había visto nunca.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Sí, qué lindo, ¿verdad? Por cierto, ¿dónde queda su hotel?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-No sé –dice, despreocupado-, everything’s alright.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Ya, pero ¿podría darme alguna otra pista?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Llegaremos, seguro –dice desde su convencimiento flotante-. Aquí en este país todo el mundo es muy amable.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Pues vamos apañados como tengamos que encontrar a alguien a estas horas, pienso, amable o no. Este canal que empieza por O ¿no lo habíamos cruzado antes?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Si hemos encontrado el hotel ha sido más bien por milagro, tras algunas vueltas amenizadas básicamente por intervenciones de Condo. La mejor ha sido cuando, tras sacarse la americana, ha insistido en utilizarla para torear un toro invisible (al menos para mí) en pleno callejón de los alrededores de <st1:personname productid="la plaza Dam." st="on">la plaza Dam.</st1:personname><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-¡Oléeeeeee! –decía.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Pasa cerca de nosotros una pareja de mediana edad, cogidos del brazo. Juraría que al vernos han apretado el paso.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-¡Condo, hombre, que luego los guiris creen que todos los españoles somos toreros!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-¿Has visto qué suerte, eh? Se le notaba que era de Mihura, ¿sabes cómo?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Se cuelga la americana a la espalda y se deja guiar los pasos otra vez.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Pues no, ¿cómo? <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-En general se trata de engañar al toro para que embista la muleta y no al torero, que hace más bulto –ha cogido la directa-, y al bulto van los toros mansos, porque los bravos siempre se dejan engañar, eso hacen los toros nobles y valientes. Otra cosa hacen los Mihuras, van a por el torero de manera directa prescindiendo del trapo y no se dejan torear. O sea que el mundo taurino trastoca los valores porque el toro cobarde es aquel que va al bulto. ¿Entiendes?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Ah, pues no sabía, no –digo, algo confusa y con ganas de llegar a mi hotel.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Como tú, que tampoco entras fácil al trapo, ¡ja ja!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >No sé por dónde me habrá asociado al tema taurino, pero en estos momentos no me veo capaz de preguntarme nada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-Yo tenía que haber sido torero –continúa Condo, convencido.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >¿Llegaremos algún día? No parece preocuparle mucho, porque además se pone a cantar: <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-<i>Yooooo... quiero ser mataooooor</i>.... c<i>omo Visente Pastooooor</i>....<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Qué noche, por Zeus, y yo que pretendía pensar en lo humano y lo divino. Por fín una calle que me suena, la Damrak, y ahí hay un hotel, a ver si hay suerte.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >-<i>Séeeee que mi sino es triunfaaaar... y muy pronto triunfaréeeee...</i> –sigue el pasodoble, implacable.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >He conseguido dejarle en la puerta del ascensor cuando iba por lo de <i>Toreroooo de garbo y saleroooo</i>, tras asegurarme entre dos compases de que llevaba la llave de su habitación en su bolsillo, y esperando que pudiera encontrarla en un pasillo alfombrado lleno de puertas que le habrán parecido vedettes del Moulin Rouge haciéndole reverencias a su paso. Yo le llamo magnificar y él lo llama resiliencia pero, en el fondo, yo creo que el nombre es lo de menos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >Luego he llegado por fin a mi hotel, pero hace rato que no puedo dormir pensando en esa verdad que tiene tantas caras. El hombre flaco del bar tenía toda la razón, pues la verdad en ciertas condiciones no presenta la misma cara que sin él, se diluye en virutas de humo, es inapresable porque estamos en dos o más mundos a la vez, probablemente como Condo, o como las emisoras de la radio.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 120%;"><span style="line-height: 120%;font-family:Arial;font-size:11;" >No –pienso-, definitivamente el mundo no puede ir bien mientras haya railes de tranvía que pretendan llevar al huerto a un torero.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:arial;"></span></span><o:p></o:p></span></p> ago-06
<br /><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif nov-2007
<br /></span>
<br /><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif jul-2009</span>
<br />Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-46507157148271217892007-07-23T18:47:00.010+02:002010-09-09T19:35:22.088+02:0018. Condo y los tres amores<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Últimamente no voy mucho al cine, y cuando lo hago sólo veo películas de aquellas en las que nunca hay cola y que duran pocos días. Algunas son argentinas, como esta de ahora, que trata el tema de la pareja con un humor fino y descarnado. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Al salir del cine pienso que el amor no existe, que es un invento post-industrial, como dice mi amiga Carmen que vivió la época de Corín Tellado. Que solemos confundir el querer a alguien con el necesitarle. ¿Me necesita Jorge? ¿Y yo a él? Pero en caso de que exista habría de varios tipos, he pensado algunas veces en ello en mi manía crónica de clasificar. Me paro en medio del paseo peatonal para sacar el tabaco del bolso y una mano surgida de la nada ofrece fuego. Es Condo, ¿quién, sino? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¡Hola! ¿Qué tal la peli? –pregunta, y luego acompaña mis pasos por el bulevard.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Bueno, ya sabe, eso del amor es un tema trillado –digo con la primera bocanada, mientras me pregunto por qué no me ha acabado de gustar. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Yo prefiero las del Oeste y las de piratas.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Usted nació niño, le vestirían de azul –bromeo.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-El amor es un don, condesa, un regalo.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Ya, justamente me lo estaba preguntando. No, mire, Condo, creo que ya lo tengo: en realidad el amor se puede clasificar en tres categorías.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Él sonríe con media boca y medio bigote mientras nos acercamos sin prisa a un banco de madera. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Vaya ¿habemus teoría nueva? –pregunta, dejándose caer. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Verá –tomo aire, una vez instalados-, pero todo esto suponiendo que sí existiera, claro: primero estaría el amor así, a secas, en minúscula, aquel donde las graciosas pequitas acaban siendo repugnantes verrugas, el amor-cuento, el de plástico, ya sabe.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Oh, ese es muy hermoso –ironiza Condomina-, provee de gruesos chorros de serotonina, dopamina y esas cosas. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Al principio sí, pero luego ya sabemos qué ocurre. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Por cierto –pregunta mi interlocutor- ¿qué tal Jorge? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Bien, un poco cansado de Miami, dice que es una ciudad de viejos. Y que me echa de menos. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Ese amor hay que currárselo, condesa –añade. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Se lo diré de su parte –contesto ágilmente antes de seguir- pero déjeme continuar, ¿quiere? En otro nivel –continúo- estaría el Amor con mayúscula; ese es distinto aunque sigue siendo <i>à deux</i>: en este no se pide, ni se juzga ni se pretende cambiar al otro; el amor-espejo, desatado del yugo de las hormonas, de los celos, del sudor. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Eso es, casi casi, un amor apofánico –apunta Condo, acomodándose mejor las gafas y mirando distraídamente a los paseantes. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Qué es el apofánico? –le pregunto a Condo, que parece que va a suspirar pero se reprime. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Aquel que hace renacer –explica mirándome tan fijamente que me cohibe-... el que lo resitúa todo en su justa dimensión... el que alimenta no al ego sino al Ser en su dimensión más profunda, como el que... <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Ah –interrumpo, porque de todos modos Condo se había quedado colgado ahí.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Intento retomar el hilo, quiero terminar lo que estaba diciendo antes de olvidarme. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-En fín, hasta aquí hablamos de dos, aún limitados por su respectiva discontinuidad, que diría usted. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Yoidad –modifica.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Como prefiera. En estas dos categorías nos hallamos aún, pues, enfangados por la yoidad, limitados por ella como un pájaro enjau... ¿Me está escuchando, Condo?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Ajá –dice, siguiendo con la vista a una parejita de quiceañeros que pasan ante el banco compaginando su lento caminar con un interminable beso.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;">-Ahh, el amor está dejando de ser una creencia para convertirse en una opinión... -suspira como hablando para sí mismo.</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;">-¿Perdón?</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;">-No, nada -dice, también como hablando para sí-, que estaba pensando yo ahora que las parejas de ahora están cambiando hasta las expectativas. Ahora no es como antes, ahora se fundan en un estatuto de disolución autoprofética, ya no se piden pruebas de consistente realidad, la certeza ha dejado de ser necesaria. La gente de ahora aprovecha las relaciones como asistencia mútua y para compartir gastos y viajes... Dentro de un tiempo la imaginación humana se habrá zafado para siempre de esa bella carga dramática que parecía ir enroscada a aquel amor para siempre que nos habían enseñado.<br /><span style="line-height: 110%;"><o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Creo que le comprendo... Bueno, ¿me pregunta por el tercer tipo de amor? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Todo oídos –dice, recostándose cómodamente en el respaldo. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Ah –rebobino-, olvidé decir que en la segunda categoría incluyo el amor de madre, ya sabe. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Bueno –accede Condo-, aunque... Nada, luego. Sigue con tu teoría de los tres amores, hale.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-En cuanto al tercero... ese otro se escribe todo con mayúsculas porque trasciende los límites del yo –proclamo, ufana. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Hum –dice Condomina, pellizcándose con dos dedos unos pelos del bigote. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Lo cierto es que esa cosa que podríamos denominar <i>AMOR</i> tiene algo que ver con lo que usted llama arrobamientos. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Da gusto tener una jerga con la que entenderse tan fácil.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿En qué? –pregunta. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Pues –ésta es fácil- que suele ser concomitante a aquellos. Florece de ellos, por decirlo así.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Ah, sí? –dice él con aire pensativo-. Ojo con derramar tanto amor por ahí, condesa, porque cualquier día puedes tener un disgusto. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Por qué dice esto?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Porque tú eres un cúmulo de amor desaprovechado aunque lo ignoras –aclara.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Hombre, de disgustos ya he tenido, como todo el mundo. Pero hágame el favor y déjeme acabar, ¿vale? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Asiente. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-En ese estado se ama a todo, quiero decir todo lo que existe. Sólo porque existe, por encima o por debajo de la condición de humano... No niego que sea un estado subjetivo, que sí lo es, pero es otra cosa, otro rollo. Allá no hay límite –remato, entusiasmada.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">“Casi siempre hay un límite”, piensa Condo sin que yo lo sepa. En lugar de esto, dice:<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Ya, a Santa Teresa también le ocurría. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Ya estamos otra vez. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Y a los espectadores de un concierto de <i>Iron Maiden</i> también, no te fastidia –digo, algo molesta. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Mujer, si me sales con el amor místico ¿qué quieres que haga? –se defiende Condo pacíficamente. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿No se llamaba apofánico?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Ese era el anterior –aclara con paciencia casi paternal. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Ah, es verdad –me disculpo-, es que me lía usted.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Y el amor maternal que decías antes es otra cosa, ese no entra ni con calzador en esta teoría tan tranquilizadora. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Hombre –protesto-, no me dirá ahora que el amor más altruista no es el de una madre hacia sus cachorros.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Pues sí, te lo digo. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿En serio? –me asombro-. Yo creía que era así, aunque fuera por eso del instinto de conservación y demás. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Tú lo has dicho: instinto –corta Condo-. Se trata del arcaico instinto de supervivencia del grupo, contrapuesto al de la supervivencia individual, aproximadamente igual de arcaico que el otro. En todas las especies hay un programa primigenio que... <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Una especie de software?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Más o menos –concede-, aunque deberías saber que el paralelismo entre mente y ordenador ya está algo <i>demodé</i>. Pero sí, la escala de prioridades parece regida por una pauta cósmica ineludible, sobre todo en las hembras de las especies que optan por la reproducción sexual para perpetuarse. Esas hembras, querida condesa, no cuidan de sus crías por sacrificio sino por inversión, pues en sus polluelos o cachorros van invertidos nada menos que el cincuenta por ciento de sus propios genes, los cuales, sabiamente combinados con otros, perpetuarán su especie, que de eso se trata...<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Cuánto sabe. Como casi siempre, me bebo todas sus palabras cual esponja sedienta. Y, a pesar de que siempre que le escucho me concentro en sus facciones, hasta hoy no me había dado cuenta de que me recuerda a George Harrison en versión madura.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-...de manera que si le quieres llamar amor maternal a eso eres muy libre –está diciendo Condo-. Pero ese "instinto maternal", además, procede de la agresión, algo que dicho así en crudo te sonará a herejía, pero en realidad agresión, sexualidad, procreación y cuidado de las crías son automatismos absolutamente programados por esa inteligencia sin cerebro que son los genes, que utilizan vilmente los cuerpos para su propia y egoista continuidad. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Si es así, me asalta una duda. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Y los que no nos reproducimos? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Eso es harina de otro costal: una especie de transgresión al programa primigenio, como lo puede ser la homosexualidad o cualquier otra forma de sexualidad no reproductiva. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Nos saltamos el software, como los hackers? –pregunto. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Algunas subrutinas de él, si insistes en el paralelismo. Por eso esas cosas no están bien vistas –asegura. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Tiene toda la razón: a mi edad hay que ir por la calle del brazo de un hombre y acompañada de dos retoños. La sociedad sigue sin perdonar a las solteronas... <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Lo cierto es que, por esto y por otros motivos, tú también eres un poco disidente, sobre todo teniendo en cuenta que eres mujer –dice eludiendo un tono machista-, pues habrás observado que los hijos son la excusa de muchas madres humanas para no hacer en la vida nada que valga <st1:personname productid="la pena. Por" st="on">la pena. Por</st1:personname> cierto –añade-, siento desilusionarte pero esa teoría tuya de los tres amores ya la ha pensado alguien antes que tú. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-No fastidie. ¿Quién? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Siempre fastidia un poco que uno tenga una idea brillante y otro se le haya adelantado, cosa que me ocurrió también de pequeña cuando inventé –sí, yo- la bayoneta. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Alguien bastante conocido en el mundillo, pero no has oído hablar de él</span><a style="" href="http://www.blogger.com/post-edit.g?blogID=24486747&postID=4650715714827121789#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="line-height: 110%;"><span style=""><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size:12px;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="line-height: 110%;">. La cuestión es que has desgranado esa clasificación ternaria de un modo curiosamente parecido. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Tenía que ser así, Condo –pienso en voz alta-, porque he comenzado a cansarme de lo binario, de los ceros y unos. Tiene que haber otra salida, otra perspectiva. Quiero decir como en el cuento donde a aquella araña que sólo conoce su mundo bidimensional, la mosca que vuela no se le hace visible hasta que se posa en el suelo, hasta que aterriza en su única dimensión conocida.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">“Una esperanza” piensa Condo, pero en lugar de eso, dice: <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Pues sí, con ligeras variaciones vienes a decir lo mismo. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Y ese otro a quien no conozco ¿cómo lo explica?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Parecido, ya te digo, sólo que algo más elaborado. Él opina que el primer tipo de amor es aquel que está vinculado con <st1:personname productid="la sexualidad. El" st="on">la sexualidad. El</st1:personname> segundo añade el concepto de benevolencia, el amor caritativo. Algunos freudianos consideran que la líbido se inmiscuye en todas partes como un gas pero, según ese científico, ese segundo tipo de sentimiento estaría libre de lo erótico. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Y el tercero? –pregunto impaciente. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Ese sería un tipo de amor que se despliega más bien hacia las ideas o a lo ideal, a todo lo que posee un valor por sí mismo, el amor subyacente también en la amistad pura y dura, la sublimación del erotismo...<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Erotismo aquí también?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Condo suspira discretamente. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-He dicho sublimación del erotismo –puntualiza-, el cual, a su vez, viene a ser una sublimación de la sexualidad, o sea, una sublimación retorcida sobre sí misma, al cuadrado. En palabras más comprensibles: el amor-aprecio exaltado en la admiración, el amor a lo grande, a lo divino... A lo trascendente, en definitiva.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Es ahí, en ese punto, al oirle hablar de admiración, de sublimación, de trascendencia, cuando algo me obliga a reconocer que no somos uno solo. Hay algo más ahí, dormido como un volcán inactivo, que de vez en cuando levanta tímidamente la mano pidiendo permiso para hablar. La mayoría de veces ni siquiera sabemos que tiene voz. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-La clave de esta supuesta trinidad –continúa Condo- es que aparece como un personaje extra, un actor invitado. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Se refiere a que pasamos del yin y el yang? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Me refiero a que en esa teoría vuestra de los tres amores el tercero es realmente muy poco habitual. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Es indiscutible que está en lo cierto. Eso de ahí dentro patalea otra vez con furia pero lo acallo concentrándome en lo siguiente:<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Fíjate en esto otro: en la antigua astrología, por ejemplo, el Sol corresponde al número uno, la energía creadora, centrífuga, el principio masculino, el que da; la Luna al dos, la energía que nutre, femenina y centrípeta, la que recibe. Si lo prefieres, el padre y la madre, el <i>animus</i> y el <i>anima</i>.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿También es usted astrólogo? –me sorprendo.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Ya no, eso fue hace mucho tiempo.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">¿Qué pinta tendría en el Renacimiento? ¿también llevaría bigote? ¿sería también alquimista?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-De acuerdo, ¿y el tres?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Mercurio, o sea Hermes, el que une a unos y otros volando de aquí para allá con sus mensajes. Hermes el hermafrodita, otro transgresor sexual por cierto. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¡Y Hermes Trismegisto! –recuerdo de pronto-. ¡Tres veces grande! ¿Hermes vendría a ser el hijo?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-En efecto: el fruto alquímico, la cristalización, aunque yo lo veo más como un salto de nivel, una salida ingeniosa de la trampa dual, podría ser un primer estadio del escape hacia arriba. Podría, sólo. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Usted no lo cree? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Lo que yo creo –se explica Condo, levantándose el cuello de la chaqueta contra un frío aire otoñal- es que la superación de la dualidad no consiste en añadir algo más al entramado, sino en ir más allá de ella por otro camino que no es necesariamente <st1:personname productid="la adicin. Quiero" st="on">la adición. Quiero</st1:personname> decir que la evolución no opera por sustitución de los viejos principios, sino por aposición: lo nuevo sobre lo antiguo, una remodelación de lo ya sabido, del prejuicio. Es cierto que casi todo se puede clasificar, pero en la metáfora mitológica que te he puesto, por ejemplo, si te fijas bien los polos opuestos no son superados añadiendo algo más, sino uniéndolos mediante mensajes, hilos invisibles. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Me quedo ensimismada mientras se abren portezuelas interiores, pensando en todo esto pero a la vez en eso otro que quería decir algo hace unos momentos. Era algo relativo a la admiración, al amor a lo ideal y lo divino, algo informe que exigía una atención que no he querido prestar. ¿Admiraba a Condo y hasta ahora no me daba cuenta de cuánto? ¿Acaso le amaba como Teresa de Ávila amaba a Dios? ¿Se trataba quizá de un instinto maternal proyectado donde no debía? Por primera vez me doy cuenta de cuánto le echaría de menos si no estuviera. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Y a mí? –pregunta, trayéndome de nuevo a la realidad. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Me había distraído, parece estar preparando una broma de las suyas. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿A usted..? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Si me admiras, me amas, o me aprecias, ¡ja ja! –dice.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Hay una parte de nosotros que es fiel por naturaleza a nuestra verdad única y que conoce más de ella que nosotros mismos. Duerme su aparente letargo en la oscuridad, pero no perdona cuando se perturba su sueño cosquilleándola con una palabra que actúa como resorte. Imagino que duerme acurrucada en el corazón porque, cuando despierta, éste suele acelerarse, y eso suele ocurrir cuando mentimos, ya sea a los demás o a nosotros mismos, ya sea activamente o por omisión. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Condo, ignoro si a propósito o no, acaba de meterme –maquiavélicamente, aunque parezca un niño que jamás rompió un plato- en una encerrona semántica cuya clave está en el hecho de que cualquier respuesta posible lleva consigo el compromiso de ayudarle a lo que más desea: ser mortal. Y a mí jamás me han gustado los compromisos. Consulto brevemente su mirada, que confirma con un cansancio de mil años que lo que más desea es dejar su condición aunque, paradójicamente, vivir signifique también poder morir. Morir de veras. Admitir sentimientos más allá de lo adocenado sería, pues, una condición para traerle de nuestro lado, pero también para poner fecha de caducidad a estos encuentros, una posibilidad a la que algo en mi interior grita un alarido de negación, hecha como estaba a la idea de que Condo era eterno.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-A usted le gustaría ser como nosotros, ¿verdad? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Condo sonríe un poco amargamente. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Siempre se desea lo que no se tiene –dice-, ya te lo dije hace tiempo. En Amsterdam si no recuerdo mal.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Un deseo primordial, vibrante, se hace espacio a codazos en mi interior, un deseo que no es genuinamente mío, como si no me perteneciera del todo. Quisiera decirle a Condo que no estaba preparada para una paradoja tan cruel pero, a pesar de ello, que cuente conmigo.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Un sentimiento desconocido se germina entonces a sí mismo en algún lugar dentro de mí y, con el poderío autónomo de un ser vivo y sin que yo pueda hacer nada por evitarlo, toma cuerpo, revuelve mis entrañas sin compasión buscando una palabra, y al encontrarla se encarna en ella.<br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Su palabra es “incondicional” y su elemento el fuego.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">En medio de la espiral de la que surgió el mundo, la palabra se convierte en flecha y se lanza, sin importar nada más, por el camino más corto hacia los ojos de Condo del único modo en que una flecha puede ser disparada en busca de lo verdadero: cruzando a su salida todas mis capas, dejándolas bellamente desgarradas y sangrantes. Aquel deseo, ahora lo veo, no era mío porque era de él: venía buscando <i>su </i>palabra y, tras arrancarla de mí, vuelve a él, a su origen. Apenas ser lanzada todo deviene vertiginosamente simple: no había categorías, no las hay, todo era una trampa de la mente: todo es lo mismo. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">La serenidad que otorga lo sencillo ahoga mi último resto de orgullo: <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Acabo de cambiar de opinión, Condo. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Vaya –hace como que se asombra-. ¿Y eso? <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Estaba equivocada: no hay tres formas de amar, ni dieciocho. Sólo hay una. Pero se me ha hecho tarde, me cerrarán el supermercado. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Te has quedado sin berberechos? –reacciona ágilmente Condo, lanzando lejos su colilla. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-No –respondo levantándome-, me voy a por un Muga, tengo algo que celebrar. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify; font-family: arial;"><span style="line-height: 110%;">A los pocos pasos me vuelvo hacia él y me fijo otra vez: <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify; font-family: arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Sabe una cosa? Tiene usted una retirada a George Harrison. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" face="arial" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="line-height: 110%;">-¡Ja ja! Eres tan tierna, no cambiarás, ¡ja ja!<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" face="arial" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="line-height: 110%;">Aún se está riendo cuando su imagen se desvanece en el banco, así, tal como estaba.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="font-family: arial; text-align: justify;" class="MsoNormal">(FIN)<o:p></o:p></p><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;font-family:arial;"><!--[if !supportFootnotes]-->ago-2006<br /><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif. nov-2007</span><br /><hr style="margin-left: 0px; margin-right: 0px;" size="1" width="33%"> <!--[endif]--> <div id="ftn1"> <p class="MsoFootnoteText"><a style="" href="http://www.blogger.com/post-edit.g?blogID=24486747&postID=4650715714827121789#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-GB"><span style=""><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-GB" style="font-size:10px;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="" lang="EN-GB"> </span><span style="" lang="ES-TRAD">N. de <st1:personname productid="la A.: Se" st="on">la A.: Se</st1:personname> refiere a Claudio Naranjo.<o:p></o:p></span></p> </div> </div> <span style="font-size:130%;"><span style="font-family:arial;"><br /></span></span>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-11343534257553877722007-07-23T18:45:00.001+02:002007-12-08T10:01:58.290+01:0015. Condo pensandoEN REVISION<span style="font-size:130%;"><span style="font-family:arial;"></span></span>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-83880086895834786092007-07-23T18:40:00.003+02:002011-12-09T17:03:11.027+01:0014. Condo y la casa habitada<link href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CAna%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml" rel="File-List"></link><o:smarttagtype name="metricconverter" namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags"></o:smarttagtype><o:smarttagtype downloadurl="http://www.microsoft.com" name="PersonName" namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags"></o:smarttagtype><style>
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<div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Al final el del matadero fué amable, pero ¿quién me mandaba a mí meterme en tales berenjenales? ¿Acaso me creía Caperucita?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Ese día comenzó de un modo banal, pues inscribirse en un taller de yoga de un fín de semana en la naturaleza tampoco parecería nada tan grave. Siempre, claro está, que no se cometa errores como el que cometí.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">El curso comenzaba por la noche del viernes. Previamente me había asegurado por teléfono que el taxista del pueblo me llevaría desde la estación de tren, a la hora convenida, hasta una casa situada a algunos kilómetros del pueblo, entre densos bosques de pinos y encinas. El dueño la alquila a grupos para este tipo de eventos. Algunos de mis compañeros ya habían estado anteriormente allí y habían ofrecido sus coches, pero preferí venir por mi cuenta en uno de mis nunca escarmentados alardes de autosuficiencia.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">La noche ya llevaba buen rato instalada cómodamente sobre las copas de los árboles. ¿Tenía que ocurrir eso en luna nueva? Al menos no aparecería el lobo del cuento, pues es sabido que los lobos tradicionales prefieren la luna llena, pensé.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">En el transcurso de un recorrido por una negra pista de montaña durante el cual el taxista sesentón sufrió visiblemente por sus neumáticos y sus amortiguadores, preguntó varias veces si estaba segura de dónde iba. Yo, metódica, le aseguré que sí, pues tenía el plano muy bien detallado del lugar. “No estoy seguro ahora de qué masía dices, vine una vez hará diez años, pero...”. A mí, por mi parte, me pareció haber contado bien los desvíos de cotos privados de caza -legibles tan sólo por los faros del coche al pasar- y haber distinguido claramente la curva cien metros antes del punto desde el que debía divisarse la casa en cuestión, a la derecha.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Aquí, es aquí –digo de pronto al ver entre las ramas algo de color claro.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿Estás segura? –pregunta el taxista, frenando con un fruncido de entrecejo mientras mira hacia donde miro yo, y viendo también el lodazal que nos separa de <st1:personname productid="la casa-. Es" st="on">la casa-. Es</st1:personname> que hasta allá no puedo meterme, tengo que dejarte aquí...<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Sí, sí, seguro, no se preocupe –digo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Me bajo, a una cincuentena de metros de <st1:personname productid="la casa. En" st="on">la casa. En</st1:personname> medio de la negrura, las luces del coche retroceden un poco con el inconfundible lamento de la marcha atrás, y luego se alejan hasta perderse por donde habíamos venido. No hay ni un atisbo de luna, o, para ser exactos, un curvo hilito muy tenue, pero en breve me encontraré con los demás junto a la chimenea -me reconforto-, como cuando íbamos de colonias. Es al aproximarme a la casa cuando me asalta una duda: ¿por qué está toda a oscuras? ¿tendrán avería eléctrica?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Saco el móvil del bolso con un gesto que imita a aquél con el cual saca el revólver protector, en las películas americanas, el inspector de policía al aproximarse al polígono industrial abandonado donde se esconde el criminal. Lástima que la previsión no me alcanzara también a cargar la batería cuando aún tenía enchufes a mano, antes de salir de casa, porque al menos serviría, si ya no para disparar, al menos para llamar a alguien. Eso suponiendo que en este bosque hubiera cobertura, porque –naturalmente- tampoco la hay.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Mi instinto, perspicaz como pocos, huele finalmente a error indefinido, un error que acecha en algún sitio, sólo que no se ve casi nada y no puedo adivinar siquiera dónde ubicar exactamente el desajuste. La luminosidad casi nula permite confirmar a duras penas que la construcción es una vieja casona de dos pisos y buhardilla en medio de una nada frondosa. Esperaba algo más grande, no sé, quizá algo menos tétrico. Llamo tímidamente a una puerta circundada por hiedra, esperando sin mucha esperanza una contestación con matiz humano. A menos, pienso, que suene el despertador y deba volver a empezar, en cuyo caso me recuerdo a mí misma, en esa otra versión, cargar el móvil antes de salir.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Pero ni hay contestación ni suena ningún despertador que me devuelva a mi cama. Se me ocurren una veintena de sinónimos para mi estupidez por haber dejado marchar al taxista. De momento, me digo, lo que hay que hacer es no perder la calma y volver a llamar confiando en que están todos dentro (por alguna razón a oscuras) y que no han oído el timbre la primera vez. No hay nada como el optimismo, me insisto a mí misma: a los optimistas todo les va bien, no al revés.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Esta vez golpeo la puerta con la fuerza que proporciona la angustia cuando los despertadores no suenan. “Porque esto”, pienso, “debe ser la realidad real”. Golpeo de nuevo. Tensa espera. Silencio.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">¿Miedo? No, condesa: los lobos sólo salen en luna llena, hemos dicho. Es curioso cómo el humorismo puede asaltar en situaciones como esta, a modo de tabla donde la mente se agarra desesperada para no hundirse. Analicemos la situación: me hallo en medio de un bosque de pinos y encinas, en plena noche oscura de otoño, sin rastro alguno de civilización a la vista, sin medios de contactar con nada civilizado, y a diez kilómetros, montaña por medio, del núcleo urbano más próximo. Calculo que a pié, a razón de <st1:metricconverter productid="4 kilmetros" st="on">4 kilómetros</st1:metricconverter> por hora, llegaría en dos horas y media. ¿Qué hacer? Una opción -de hecho, la más atractiva por el momento- es escoger asiento junto a un buen pino que inspire confianza por su aire sereno y llorar en su hombro. En su tronco. Miro alrededor y, dada la oscuridad, elijo uno casi a ciegas. Me siento junto a él.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Es cierto, pino –le digo, rodeando su tronco con mis brazos-, mi estupidez no tiene límites. Ya tenía razón el taxista en dudar: el sitio <i>no</i> era este.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Me acometen intensos deseos de llorar para aliviar <st1:personname productid="la tensin. Condo" st="on">la tensión. Condo</st1:personname> dice que la queja sólo es operativa cuando hay público, pero algunas mujeres se ven a sí mismas más bellas con la cara bañada en llanto. A lo lejos se oye el canto de un cuco. Un reloj de madera oscura traido de Suiza, un pajarillo con resorte que salía incansable cada media hora, traiciones de la memoria en momentos poco adecuados. La noche extendiéndose sobre mí pero sin público al que enternecer.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Apoyo el mentón en ambas manos, me hundo en mi peor ánimo y me doy lástima a mí misma por pensar poco o mal o a destiempo, como casi siempre. Comienzan a rodar algunas lágrimas de victimismo, atraídas por la misma ley que atrae hacia abajo cualquier otro tipo de lágrima, cuando el instinto reptiliano se pone en pie súbitamente: ¿ha sido eso un ruido en la hojarasca? No, ya hemos dicho que lobos no hay. Será una ardilla, o cualquier otro animal. Fijo la vista pero es inútil porque todo es del mismo color: el de un bosque en noche de luna nueva. Y otra vez el ruido. Ahora parecía algo más cerca. El tambor de mi corazón redobla a la desesperada, regado por un chorro extra de noradrenalina y cortisol. Respiración baja, condesa; total, igual tu destino no era tan digno como soñaste, sino morir degollada por un loco en medio de un bosque catalán, o acaso comida a dentelladas por un jabalí poco solidario con las especies bípedas. Moriría sin batería y sin cobertura, pienso.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Otra dosis de cortisol llega esta vez al oído al distinguirse un nuevo sonido: claramente, el de pasos sobre <st1:personname productid="la hojarasca. Ya" st="on">la hojarasca. Ya</st1:personname> no hay duda. Me convierto toda yo en un signo de exclamación gigante.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Buenas –dice Condo, aproximándose a mi pino.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Vaya, ya me extrañaba a mí... –miento, preguntándome si es mayor la sorpresa o el alivio.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Se para a poca distancia porque algo ha captado su atención en el suelo. Se agacha, escarba con cuidado, creo que recoge algo y continúa su paso hacia mi pino.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿Qué es eso?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¡Un rovellón o níscalo! –responde él, contentísimo de su hallazgo-. ¡Están buenísimos a la plancha! ¡Sobre todo con ajo y perejil!<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">La gastronomía es, justamente, el tema que más suele interesarme cuando me pierdo en un bosque sin luna y sin cobertura, ¿cómo lo sabrá?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Pero pareces algo consternada, condesa.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Psé, qué quiere que le diga –respondo en tono de indiferencia.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-No me lo digas, a ver si adivino: te has perdido otra vez.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Pasaré por alto eso de “otra vez”, aunque en el resto habré de darle la razón.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Bueno... perdida... En cierto modo sí.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Se ríe sin pudor alguno.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¡Ja ja ja! ¡En cierto modo, dice! ¡Ja ja ja! Perderte es tu metáfora preferida, ¡ja ja!<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿Cómo sabe que es un rovellón? ¿También entiende de setas? Tenga cuidado, no sea una <i>Amanita Phalloides</i> o algo así –digo con cierto resentimiento por su poca sensibilidad. Como si él pudiera morir por una seta venenosa. Replica:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¡Ja ja, tú sí que estás hecha una buena amanita! Ahora en serio: <st1:personname productid="la Amanita Phalloides" st="on">la <i>Amanita Phalloides</i></st1:personname>, conocida vulgarmente como hongo de la muerte, se distingue por un anillo en su base que no se encuentra en ningún hongo comestible. Sus toxinas dañan seriamente el hígado, riñón y el sistema nervioso central, causando entre otros edema cerebral, sepsis, colapso cardiovascular, etcétera.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Ya, pero usted es invulnerable, ya lo sé.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Su expresión se pone momentáneamente más seria.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Mujer, la <i>amanita</i> no es necesariamente letal pero, si yo pudiera morir y elegir la forma, preferiría hacerlo de otro modo y no por un atracón de setas. Pero ahora en serio, ¿qué se te ha perdido a tí en este bosque?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Me he equivocado de lugar –respondo con más humildad que antes.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Bueno, eso salta a la vista, ¡ja ja!<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">A estas alturas ya le perdono casi cualquier broma. No me sacará de aquí porque sus trucos para desaparecer le sirven sólo a él, pero al menos hay con quien charlar un rato.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Y en esta casa no hay nadie a quien preguntar -añado, señalando con la cabeza.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Hum –mira Condo hacia una ventana oscura-. Pues yo diría que sí está habitada.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">No le comprendo, pero distingo sus tonos y eso lo ha dicho de verdad. Miro a mi vez hacia la ventana, pero no veo nada distinto de antes.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Si insistes te abrirá alguien -asegura.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿Lo dice en serio? –me asombro.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Totalmente.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Miro de nuevo hacia la casa.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Pero antes ya he...<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Acaba de desaparecer dejándome sumida entre la espesura y <st1:personname productid="la incertidumbre. Sin" st="on">la incertidumbre. Sin</st1:personname> él a veces el contraste con el vacío es tremendo, gigantesco.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Me acerco de nuevo a la puerta y la vuelvo a golpear. Esta vez se enciende una luz arriba. La ventana se abre y desde su interior aparece una cabeza, que dice:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿Quién eres?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">No me lo puedo creer: Condo tenía razón.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Iba a... a un... no sé dónde exactamente, debe ser cerca... –balbuceo por toda explicación enfocando la cabeza hacia lo alto.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-A esa casa donde hacen cursos de cosas raras, ¿no? –dice la cabeza.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Pues... sí.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Me quedo mirando la cara mal iluminada de ahí arriba. Es un hombre de mediana edad, creo que lleva gafas, pero no se vé muy bien. Tras mi respuesta, no dice nada. Parecería que aquí acabe la historia de la humanidad y vayan a aparecer en algún sitio las palabras The End, como en esas películas en que es el espectador quien ha de aventurar el final. Yo tampoco sé qué más decir.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-No, no está tan cerca. ¿Vas a pie? –pregunta sin ninguna prisa.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Sí.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Pues a pie tienes un buen rato hasta ahí –dice el hombre.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Pues sí que me ayuda el saber esto.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Y nada otra vez. Me estoy hartando de este diálogo tan parco e infructuoso: si mis congéneres son así de fraternales, la soledad absoluta no era peor que esto. ¿Habrá leído este hombre el cuento de la Caperucita? Probaré suerte añadiendo un tema nuevo:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-He intentado llamar, pero no hay cobertura… <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-No, aquí no hay cobertura.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Transcurren varios milenios más.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Pasa, si quieres, y llama desde aquí –dice al fín.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">¿Si quiero, ha dicho? Baja a abrirme. Tendrá unos treinta y cinco años, de complexión media, gafas de miope, tejanos, calzado deportivo. No parece demasiado simpático, <st1:personname productid="la verdad. Sube" st="on">la verdad. Sube</st1:personname> las escaleras delante de mí, y llegamos a un salón muy amplio, con chimenea, decorado en el estilo en que decoran la mayoría de solteros sus viviendas. Hay un pastor alemán tendido en el centro, que se levanta perezosamente para saber quién viene con su dueño.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Ahí tienes el teléfono –indica, para añadir a continuación-: Yo ahora estoy cenando, si esperas a que termine te llevo yo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Ay, pues muchas gracias.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Hago algunas llamadas, pero nadie contesta. ¿Dónde se habrán metido todos? Finalmente obtengo una respuesta, hablo con la hija de Elisabet, una de mis compañeras.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-No, mamá no está, y además se ha olvidado su móvil aquí.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿Sabes si ha venido al encuentro de yoga?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-No, ha ido a cenar fuera. Irá allá mañana, dijo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Cuelgo y vuelvo al salón, algo desanimada.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Siéntate por ahí –dice el hombre que cena-. ¿Te da miedo el perro?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-No, al contrario –digo aceptando los olisqueos del pastor alemán y acariciando su cabezota.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Se llama <i>Nix</i>, es hembra.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">¿Qué hago yo en pleno bosque, en casa de un desconocido que cena tranquilamente mientras yo le miro, a él y a su perro mitológico?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">El hombre mastica un bocado de sandwich. Al terminar de hacerlo, dice:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Soy escritor.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-¿De veras?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Bueno, de día trabajo en el matadero del pueblo, y el resto de horas soy escritor. Esta casa la heredé de mi abuelo, pero aún no he terminado de arreglarla. ¿Quieres una cerveza?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-No, muchas gracias.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Luego el escritor me explica que no soy la primera persona que se pierde buscando esa casa de colonias. Tras el último bocado, se levanta y coge unas llaves de la mesita de centro.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Anda, ven, te llevo en mi coche.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Así que escribes –apunto para amenizar un poco el trayecto.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Sí, una novela, aunque he publicado cuentos cortos. Otro rollo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">¿Le pregunto de qué trata la novela? Es la pregunta más absurda que se puede hacer a un escritor.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Y tu novela ¿de qué va?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Sin apartar la vista del camino, contesta:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Va… Bueno, es la nieta de una condesa que de vez en cuando habla con un personaje algo extraño. Voy casi por la mitad.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">-Ah.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">Y me dejó ante la casa, pero en aquella sí había luz. Llamé a la puerta y supe que esta vez sí me abrirían a la primera, pues mis compañeros estaban dentro. Les oí reir.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;">(FIN)<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-size: 130%;"><span style="font-family: Arial; line-height: 110%;"><o:p></o:p></span></span></div><span style="font-size: 130%;">ago-06 <br />
<span style="color: white;">modif oct-2007 <br />
modif. jun-2009 <br />
</span></span>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-1540790837879645062007-07-23T18:38:00.011+02:002010-05-27T21:58:09.072+02:0013. Condo al teléfono<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Es cierto que una vez, hace mucho tiempo, había escrito algunas colaboraciones en una revista de temas de salud alternativa, pero la novela era otra cosa muy distinta. Fue precisamente el jefe de redacción de aquella publicación quien me dijo “<i>Tú tendrías que escribir una novela</i>”. Entonces no le había hecho ningún caso, porque era buen tipo pero –según mi parecer- demasiado joven para opinar.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >El libro que intento escribir hace tiempo trata de una mujer de casi sesenta años, Elisa, que regularmente, como medida terapéutica prescrita por el psiquiatra que la atendió durante una larga depresión hacía muchos años, comenzó a escribir cartas al hijo que había abortado de muy joven. Dejó de medicarse poco después, pero le cogió el gusto y continuó escribiéndole hasta convertirse en una costumbre. Cada vez que lo hace cierra la carta en un sobre, pone en él el nombre de su hijo, Abel, y la echa sin añadir ninguna dirección en cualquier buzón de correos (esto no era indicación del médico, sino una ocurrencia suya).<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Este fin de semana he venido al pueblo, a la casa que me dejó mi padre en un pueblo del interior que no ha crecido tanto como los demás. A pesar de lo que me gusta el campo, no vengo mucho porque está demasiado lejos, y porque está dejada: es una casa sin vida, con la melancolía por único habitante, y cuando voy tengo la sensación como de estar de más en ella. porque la habitan un silencio espeso y un agrio olor a vigas carcomidas. Lo bueno que tiene es este gran ventanal del comedor.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Llevo buena parte de la mañana intentando escribir, pero no puedo concentrarme. Hay dos tipos de escritores: los que dependen de las musas y los que no. Según estos últimos, el hambre viene comiendo; es decir, se trata de disciplina, de ponerse aún sin ganas, y algo sale. Si es con un café quizá salga antes.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Tras sentarme con la taza delante de mí, me he quedado pensando en una entrevista que había leído hacía poco, donde un escritor muy conocido recomienda escribir como si ya estuvieras muerto y nada importara. O algo así. Si escribir es como parir, a veces hay como dolor de contracciones, eso es lo único que sé. Pero imaginarse muerto es otra cosa bien distinta. Qué duro es todo esto, ¿por qué me habré metido ahí? Y lo peor: ¿por qué continúo ahí? El único que conozco que me entiende un poco es Condo, porque él no solo escribe sino que, además, publica. Vete a saber cuántos siglos hace que publicó lo primero. ¿De qué trataría?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Se oye un ladrido lejano y el tiempo se para sintonizado: la película de mi vida ha pasado a resumirse en una escena paisajística con las montañas del horizonte y el ladrido de aquel perro por toda banda sonora. Una película lenta como las de Angelópoulos. En algún lugar de mí se efectúa una especie de <i>defrag</i> mientras repaso la curva de las montañas con un dedo imaginario que no hace falta ni levantar: una cadena de cumbres lejanas en gris, la de enfrente de un gris azulado más oscuro, la siguiente en proximidad entre azul y verde. Y el perro.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Suena el móvil.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Qué tal, condesa?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Hombre, hablando del papa de Roma...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Pensabas en mí? Cuánto honor –bromea Condo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Estaba intentando escribir –informo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Oye –él siempre a su bola-, ¿tú sabes si el tomillo necesita mucha agua?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Es un caso. Igual desaparece durante días y días y luego llama para preguntar sobre el tomillo. Sabe de todo menos de cosas prácticas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pues... creo que no mucha.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Así que estás inspirada, ¿eh? –dice-. Pues nada, no interrumpo más...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Condo, espere...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Diga usted.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Para qué se escribe?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pues para encontrar al lector. ¿Es que no recuerdas lo que conté en <a href="http://condecondo.blogspot.com/2007/09/condo-y-la-condesa-mayo-del-68.html">aquella memorable conferencia mía</a>? A veces uno basta, si sabe dimensionar lo que el autor pretendió exorcizar o perder de vista.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Y por qué se sufre tanto escribiendo?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Bueno, la literatura es una forma de inocular en otro un sufrimiento, una sorpresa, un hallazgo. Un modo de transformar heridas en creatividad, de vengarte sin ir a la cárcel. La venganza se sirve fría, no lo olvides. ¿Entiendes?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-No del todo –confieso-, ya sabe que soy un poco lenta.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Qué es exactamente lo que temes?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Me avergüenza decirlo, pero con él no hay más remedio porque si conecta la telepatía será peor.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Que la novela acabe sustituyendo al párroco tras el confesionario. Algo así.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Ah, es eso... –dice Condo al otro lado-. Pues te daré una pista, hoy me pillas generoso, ¡ja ja! Verás, de la vida se extraen personajes y esos personajes se transforman en palabras, pero a su vez esas palabras contadas en un libro configuran un nuevo personaje con su propia alma, con su propia carne, su propia lógica... La literatura es un ejercicio de distancia, de disociación, de dislocación, tu puedes hablar de lo que quieras a través de un personaje pero no a través de ti siempre que esa narración represente una especie de transgresión respecto a la historia en sí. ¿Me sigues?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Sí –digo para mí misma aunque no muy convencida.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-El proceso creativo –continúa la voz de Condomina, embalado- es precisamente la posibilidad de reinterpretar el mundo desde el otro lado, y eso es algo que no se hace desde la nada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><st1:personname productid="La nada. La Historia" st="on"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >La nada. La Historia</span></st1:personname><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" > Interminable. El niño que se lee a sí mismo leyendo, la...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Usted cree que está mal escribir sobre alguien que escribe?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-No se trata de mal o bien, condesa. Es inevitable que las personas seamos una novela, un proyecto, y también es usual que seamos el proyecto, la novela de otros.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-O sea –pienso en voz alta-, que quizá a nosotros también nos escriben.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Podría ser. Pero recuerda: escribir una novela es también, de alguna manera, reconstruir una historia, darle un sentido renovado... pero moldeado a tu gusto sin que nadie note nunca la diferencia.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Ya...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Lo que debes evitar siempre es querer hacer literatura. No hay literatura: hay lo verdadero y nada más –sentencia-. No escribas para nadie, ni siquiera para ti misma, escribe como si le escribieras a Dios, hazme caso. Escribir nada tiene que ver con lo verbal, aunque lo verbal sea tomado como pretexto para acercarse al nudo de la trama, pero se trata de un lenguaje que no está en la lengua sino en la mano, es la mano la que recoge los esputos que salen de la boca y los pone en otra clave.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Sí, a veces me ocurre.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿El qué?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Que escribo cosas que no sé de dónde salen, como si la mano escribiera sola, como si...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pues eso no hay que retocarlo nunca, hay que dejarlo así, esas cosas son como pequeñas joyas en bruto.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Cómo me conoce, sabe que soy muy dada a retocar, y eso que no ha leído nada mío. Suspiro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Gracias, tomaré nota de todo esto... Páselo bien, Condo –me despido, pensativa.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Hasta pronto.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Las montañas siguen ahí al fondo del ventanal pero el perro ha dejado de ladrar. Entonces he pensado "Bien, soy Elisa y escribo para Dios", y he visto cómo la mano se ha puesto a escribir a Abel en medio de un vacío terrible, sin pensamientos ni deseos:<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >“Y s<i>in embargo ¿qué es eso que se busca, para lo que aún no se ha inventado la palabra correcta, y que se sabe que no se encontrará?<o:p></o:p></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><i><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >A veces está en una paloma muerta bajo el sol, otras veces junto a la oreja de una dependienta de supermercado. Donde seguro que no está es lejos, Abel, ni junto al farol de aquel cuento que te conté una vez. Puede estar en cualquier parte y yo me pasé la vida buscándolo erróneamente en una mirada, escrutando siempre más allá de todas las pupilas, por si acaso. Y, como entonces era muy ingenua (o aquella era una necesidad demasiado apremiante, demasiado ardiente, como son muchas cosas cuando se es joven) solía verlo enseguida, lo veía aunque no estuviera ahí, lo he visto alocadamente en muchos ojos, en muchos tactos y susurros. Pero no estaba, en realidad no estaba más que en mi deseo.<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><i><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Buscaba algo que haya sido sentido, más que al sintiente (aunque también, porque si hubiera encontrado al sintiente, entonces..), una especie de reflejo, una intuición, un más allá de lo tolerado, una herida insuperable. Buscaba la rabia incontestable de la finitud, del conocimiento, la aceptación seguida de la angustia, seguida de otra aceptación sin nombre, la magulladura de la cadena que ata a la eterna trampa, un estigma, ¿comprendes, Abel? Lo que buscaba, con la desesperanza del indigente que busca algo comestible en un vertedero, era otro desasosiego que comprender, aunque fuera paralelo y jamás se fuera a encontrar con el mío sino en la urdimbre de lo irremediable, en la sed de compaginación. Lo buscaba en unos ojos o una caricia aguada, no importaba que pareciera aguada si decía lo que debía decir, en cualquier cosa que se pudiera pensar luego con palabras que se pudieran rebobinar y evocarlas más tarde para mantener la calma en el ojo del volcán. Buscaba un instante de aterramiento parecido al mío o mínimamente similar, un miedo al vacío saltado limpiamente con una pértiga hecha de sílabas inventadas sólo para mí, un intento anacrónico de deshacer el maleficio con el lenguaje. Porque, sino, ¿para qué nos han sido dadas las palabras, hijo, sino para estropearlas por el uso y luego comprar otras nuevas? Y siempre que lo encontraba me decía "ahora sí", pero nunca era, los nombres acababan deslizándose inevitablemente en un vacío demoledor. Lo que menos podía imaginar era que no lo encontraría en unos ojos sino en un verso, en un suspiro mudo. Y cuando lo encontré me dije otra vez "ahora sí", pero entonces lloré lágrimas de oro rojo porque ya era tarde.”<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:130%;">sep-06</span><br /><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif oct-2007</span><br /></p>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-6127204259513241022007-07-23T18:36:00.008+02:002010-06-02T14:27:53.039+02:0012. Condo al microscopio<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Huele a laboratorio, a formol, y es que realmente es un laboratorio. Varios microscopios esperan en fila, desperezándose de su sueño para el evento. Teóricamente no debería estar aquí, pero nunca es tarde.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >En la introducción, Irene, en bata blanca, explica dónde están repartidos los tejidos de la médula, dónde los cromosomas, y seguidamente su ayudante Marta hace de guía al pequeño grupito.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Cuando se acomoda los ojos al binóculo, la percepción toma otras dimensiones y la existencia queda reducida a un campo visual redondo. Fuera de ese círculo no hay luz ni universo, sólo <st1:personname productid="la nada. Una" st="on">la nada. Una</st1:personname> pantalla de cine minúscula y circular. Dentro de ella posan, muertas hace tiempo, algunas neuronas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Cuáles son las astas ventrales? –oigo a Marta en el microscopio de al lado.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pues... –contesta Javier, a pocos metros de mí.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Las ventrales se distinguen por ese surco entre ellas, ¿lo ves?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Ah, sí.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Dejo de escucharles para acomodar mejor mi vista a la del aparato electrónico etiquetado 1000X. Mil veces adentrada en <st1:personname productid="la realidad. Pruebo" st="on">la realidad. Pruebo</st1:personname> cerrando un ojo para contemplar ese universo que nunca imaginó llegar a ser visto, un cosmos liliputiense de habitantes autóctonos, amplificados por la técnica para que podamos ver sus cientos de ramas diseñadas por el Gran Programa. Un universo en una millonésima de trillonésima de gotita.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Un gran invento –dice una voz de hombre muy cerca, junto a mi hombro derecho. Miro un momento afuera de ese mundo interior.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Me extrañaba a mí que no estuviera usted por aquí, Condo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Vuelve a mirar, anda, que te mostraré algo más –ordena.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Neuronas piramidales –digo-. ¡Pues sí que tiene capas el córtex, es fascinante!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Seis, una debajo de otra, ordenaditas como Dios manda.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Salgo de nuevo a la realidad de fuera, como el buzo que sale a la superficie a respirar.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pero la conciencia no la veo –observo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Ahora me fijo que se ha puesto bata blanca, igual que <st1:personname productid="la de Irene." st="on">la de Irene.</st1:personname> “Espera”, dice, mientras trastea con el cristalito del objetivo y lo saca; luego saca algo del bolsillo: es otro cristalito igual que aquel. Es como Correcaminos, que siempre tenía a mano lo que necesitaba aunque estuviera en medio del desierto, todo marca <i style="">Acme</i>.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Le queda bien la bata –digo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Sí, casi tan bien como a mi hermano.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿El de <st1:personname productid="la Seguridad Social" st="on">la Seguridad Social</st1:personname>? ¿Cómo es?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Sí, ya te he hablado de él alguna vez. Es algo menor que yo. Y va más de guays que yo -dice como si hablara del tiempo, mientras acomoda el nuevo cristalito en el lugar donde estaba el otro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Qué hace, Condo?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Es que lo que estabas viendo era de rata, ¿no lo has oído? Aquí hay algo de verdad –me mira misteriosamente-. Algo auténtico.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Qué es?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Lo que hace tiempo sueñas en ver. Anda, condesa, mira ahora –pide.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >No me atrevo ni a pensarlo, pero conoce todos mis deseos. O casi todos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Me sumerjo otra vez en ese universo, también es redondo y luminoso, como el de antes, sólo que la luz es distinta y el paisaje es diferente del anterior. Ahí dentro hay coros, voces puras flotando en el cosmos, acordes visibles de millones de colores, hay más cosas de las que pueden ser vistas, hay sinestesia de formas impensables y movimientos nunca imaginados.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Qué ves? –oigo a mi espalda.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Quiero hablar pero las palabras no me salen de la garganta, encalladas ante tanta ramificación de ramificaciones en continuo proceso. ¿De qué? Esto está <i>vivo</i>. Un árbol del paraíso extendiendo billones de ramas como si se desperezara al sol, otro más allá, la exhuberancia en pleno disfrute de la determinación, mónadas que conforman trozos de tiempo dialogantes, hilillos dirigiéndose hacia sitios invisibles como si supieran el camino antes de recorrerlo y también el porqué de ese camino y no otro. Se trata de una luz de una naturaleza distinta a aquella a la que nos han enseñado a llamar luz. No puedo apartar los ojos de ahí, temo perder este sentido del todo, un sentido que no cabe ni ahí ni –ahora lo comprendo- tampoco cabrá nunca en una sola mente.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-La conciencia, la mente, el alma... <st1:personname productid="La vida. Consid←rate" st="on">La vida en clave fractal. Considérate</st1:personname> afortunada, condesa.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Sigo mirando mientras me entrego a esta orgía en que los sentidos pretenden tejerse uno con otro y es difícil distinguir qué se oye ahí dentro, qué se ve y que se huele: es la percepción y sus misterios casi hechos comprensión, una borrachera privada de...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Qué es la conciencia, Condo? ¿y la mente? ¿y la vida? ¿qué hace que estas...?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Demasiadas preguntas para una clase, condesa –dice con las manos en los bolsillos de la bata- pero imagina una sartén e imagínate el aceite que la toca, que la cubre del todo. El aceite, aún una gota, tenderá a extenderse para ocupar todo ese espacio, ¿no?, pero hace falta una masa crítica de aceite para cubrir todo el suelo de la sartén.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >El binóculo me atrae irremediablemente, deseo violar ese mundo de nuevo y grabar cada matiz en una memoria histórica que no pudiera borrarse jamás. Hay átomos jugando a formar hileras, deben ser átomos porque es luz, puntitos de luz inteligentes que danzan sabiendo que su sola estructura basta para darle un sentido fatal a lo inmenso, hay luz por todas partes siguiendo un orden, un... ¡oh, Dios! hay algo más ahí, algo que no estoy viendo con los ojos pero que tiene entidad propia y supera a la de esos puntitos...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pues bien –continúa la voz de Condo justo detrás de mí-, la sartén sería la mente y el aceite <st1:personname productid="la conciencia. El" st="on">la conciencia. El</st1:personname> objetivo es que el aceite cubra toda la mente para poder así freir algo. No toda la mente es conciencia, porque ahí habitan los sueños, el inconsciente y los automatismos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¡La mente está por todo el cuerpo! ¡aquí se ve claro que es así! Aquí... ¡oh, Condo! ¡Condo! ¡Es...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Surjo otra vez como el buzo a la superficie, al espacio donde se halla mi cuerpo de verdad, y en él mis sentidos. Él sigue explicando:<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Bueno, hay algunos que lo dicen así, sobre todo desde que se descubrió en el intestino algunos péptidos que se creían propiedad exclusiva del cerebro, como la hormona del crecimiento.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Está diciendo que el intestino también es inteligente? ¿qué la conciencia...?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Yo no lo diría así, aunque es cierto que una molécula que desempeña cierta función puede ser desempeñar otra muy distinta en un lugar y un tiempo diferentes del mismo cuerpo. Quizá ahora entiendas eso que técnicamente llaman plasticidad: una maravilla total.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >No sé cuánto tiempo ha transcurrido (Condo tiene la virtud, o el defecto, de desvirtuar el tiempo), pero de pronto me doy cuenta de que los demás han debido marchar del laboratorio hace rato, nos hemos quedado solos. Me siento en el taburete, intentando asimilar lo que oigo:<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Siga, por favor -pido.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-La conciencia es el estado vigil pero va más allá –explica-: se trata de una extensión del estado vigil; de lo que se trata es de alcanzar a los sueños, el inconsciente y los automatismos. Extender o expandir la conciencia y alcanzar así a todo lo que hay en el incosciente de amenazante, peligroso o temido y que forma la trama de los sueños: ese es el reto individual del hombre, eso que Jung llamaba individuación y que yo prefiero llamar "conciencia extendida".<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-No es la mente lo que se expande, sino la conciencia... –me resumo a mí misma.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-De hecho algunos autores han propuesto olvidarse de la palabra mente que puede ser común a todos los organismos vivos, y reemplazar este concepto por el de conciencia.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pero entonces ¿el cerebro..?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Oh, el cerebro no es mas que un grumo de lípidos flotando en agua.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pues tiene un diseño muy guay –digo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Sí –concede Condo-, pero conocemos a través de la mente, que es inmaterial, y sin cuya ayuda el cerebro no podría conocer nada. En realidad el cerebro sólo conoce cuando sueña, alucina, o percibe; pero no creas, el pobre es tontorrón, no interpreta ni los datos que le vienen de dentro ni los que le vienen de fuera, porque para interpretar algo hay que conocer el idioma, el código en que suceden ese tipo de cosas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Y eso es <st1:personname productid="la mente. O" st="on">la mente. O</st1:personname> la conciencia –digo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Llaman a <st1:personname productid="la puerta. Asoma" st="on">la puerta. Asoma</st1:personname> la cabeza un bedel de grandes bigotes, me dice que es tarde, que debo marchar. Me lo dice a mí sola, claro. Le contesto que enseguida recojo y vuelve a cerrar la puerta tras él.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-La mente es una gran metáfora, condesa –resume Condo mientras me pongo la chaqueta-: una metáfora especializada en construir más metáforas, una fractal. Es ella quien conoce quien interpreta, quien sabe, pero sí, ya te digo: más que la mente yo diría que es la conciencia, pues es ella la guardiana de los códigos sociales, culturales e incluso psicológicos del individuo. La primera herramienta de conocimiento de la mente.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Hay otras?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Bueno, la más primitiva e intuitiva es <st1:personname productid="la empat■a. La" st="on">la empatía. La</st1:personname> empatía es algo muy parecido al apego, y el apego está químicamente determinado por cosas como la oxitocina, la serotonina y demás; es decir, se soporta sobre varios circuitos químicos, pero lo que es una herramienta de conocimiento no son esas hormonas sino la empatía, que vendría a ser el resultado de convertir matrices primitivas en algo más complicado, una vuelta más de tuerca.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Condo ha dicho esto último recogiendo el cristalito, se lo pone en el bolsillo y vuelve a dejar en el microscopio el que había antes. Sé que ha llegado la hora de irme. Él desaparecerá luego, o se quedará pensando, o vete a saber qué.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-No dirás nunca a nadie lo que has visto –dice, con una expresión tan severa que me asombra.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-La conciencia no la he visto, no sé qué forma tiene –me quejo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Condo suspira, y dice a media sonrisa:<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pues claro que la has visto, pero te resistes a creerlo. Y la mía. ¿Te parece poco honor?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Salgo del edificio pensando que lo mágico sí existe. Fuera ha anochecido y hace mucho viento, muchísimo. Tardaría días en estar segura de que no fue un sueño, de que realmente había visto lo más oculto de Condo.<o:p></o:p></span></p> <span style="font-size:130%;"><span style="font-family:arial;"><span style="font-size:100%;"><span style="font-family:arial;">(ene-2007)<br /><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif oct-2007</span><br /></span></span></span></span>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-68060384432207823032007-01-27T19:37:00.001+01:002011-02-23T20:36:08.110+01:0017. Condo pausado<div style="text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Hacía cuatro días que esperaba el documental de National Geographic que hacen esta noche sobre la vida del cangrejo gris de Alaska, ideal para engrosar mi colección de maniática de la naturaleza, así que me he aprovisionado de una caja de dvd’s y todo está a punto para la grabación programada, pues a esa misma hora he quedado con Yolanda. Nunca se me han dado demasiado bien estas cosas, pero creo que si encuentro la página correcta del manual del video, sección español, lo conseguiré. Interrumpe el teléfono.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿Ocupada, condesa?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Hombre, Condo. No, por aquí ando, de ingeniera...<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Oye, esta noche salgo en la tele, dentro de un rato, ¿te lo había dicho?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-¿En serio? Lástima, porque me iba dentro de nada, pero bueno, puedo grabarlo –digo, catapultando automáticamente al cangrejo de Alaska. ¿Y qué hace usted en la tele?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Bah, nada importante, es una tertulia de esas aburridísimas –dice al otro lado-. Esta va de arte y locura.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Yo creía que a usted no le gustaba ser famoso –recuerdo.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-Y es cierto, pero cuanto más invisible desearía ser uno más le requieren en esos sitios, ¡ja, ja!<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Y, como en la vida todo no se puede tener, es por este motivo y no otro que, puestos a elegir, he programado el canal de esa tertulia intelectual y he salido.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Con Yolanda nos hemos liado, como casi siempre, y también como casi siempre nos hemos pasado con los vinitos mientras me contaba de sus avances con la terapia sistémica.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Al volver, tiro las cosas donde caigan, me pongo un zumo de pomelo y de paso me tiro a mí misma en el sofá, pensando que sin ese invento llamado “madre” los psicólogos y psicoanalistas estarían todos en el paro. Entonces recuerdo la grabación y la máquina responde obedientemente a unos tecleos en el mando y se pone en marcha. Un plató decorado a lo moderno, dos invitados y el presentador en el centro. Vuelvo a coger el mando y muevo hacia delante unos minutos hasta que veo la primera intervención de Condo. Le preguntan sobre el genio artístico (ha publicado dos ensayos al respecto) y él contesta la suya, casi como hacen los ministros, para acabar hablando de Bach y de Baudelaire. Pulso la pausa y luego el <i>play</i> otra vez, como los niños cuando descubren el poder de un interruptor de luz, con la extraña sensación de tener yo el control. Qué peligroso sería si pudiéramos hacer eso en la realidad.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">-…es de una sublimi... –está diciendo Condo en el momento en que pulso la pausa de nuevo.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Sus manos gesticulantes han quedado en el aire, algo borrosas debido a lo mal que se llevan el movimiento y <st1:personname productid="la quietud. Lo" st="on">la quietud. Lo</st1:personname> increible es que, mientras yo tenga el mando, esta vez no desaparecerá cuando menos me lo espere. Puedo incluso rebobinar, hacer zoom o quitarle los colores, es decir, puedo hacerle volver al pasado, detenerle, hacerle gritar o bajar la voz a mi antojo. Siento un escalofrío como de pequeño triunfo. Más <i>play</i>: “…del alma, ellos le llamaban daim..” Más pausa. Observo bien a Condo con el entrecejo fruncido y los labios apretados, con un aire algo dogmático. <i>Play</i>, pausa. Condo como un niño en pucheros ante la negativa de subir a los caballitos. Tiene gracia. <i>Play</i>, pausa. Condo congelado en una sonrisa de hoyuelo (ahí habrá dicho algo gracioso porque los tres ríen, parece casi orgulloso de su humor). <i>Play</i>. “Y eso, claro, es terr...”. Pausa. Condo de perfil mirando al presentador, gruñendo en el paleolítico, enseñando momentáneamente todos los dientes como si tuviera enfrente a una fiera que amenazara su cueva. Le dejo seguir dos frases más. “..lo que ha dicho el señ..” Pausa. Condo con una enérgica “u” en la boca, como si fuera a besar a su primera novia o a sorber por una pajita. Condo otra vez gesticulando para apoyar sus palabras (una mano casi le tapa la cara). Condo pillado en parpadeo, con los ojos cerrados casi del todo y las cejas muy alzadas, como paladeando un buen vino francés. Condo en mueca a punto de reir, Condo pensativo, sosteniéndose la barbilla y mirando abajo, más allá de <st1:personname productid="la mesa. Ha" st="on">la mesa. Ha</st1:personname> dicho algo sobre los dioses griegos pero, mientras piensa la continuación, le dejo con los dioses en la boca y lo paralizo ahí.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Las ideas necesitan al lenguaje para mostrarse al mundo y ser dichas o pensadas, lenguaje y pensamiento son hermanos inseparables, dicen. La pregunta que se estaba gestando accede al terreno de los significados y pienso “¿Todos esos yoes son el mismo yo?” ¿Es Condo un niño a punto de llorar, un Neanderthal salvaje defendiendo su cueva, un escritor dogmático, un sibarita de los Bordeaux? En cualquier caso todos ellos han dicho “yo” en algún momento, y todos parecen bastante humanos.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Condo es todos ellos y ninguno, un poliedro de jade de infinitas caras, pero todas son del mismo jade, como el que tengo de pisapapeles comprado en aquel inolvidable viaje a Italia. En realidad todos somos así, un poco poliédricos, sólo que algunos lo son más que otros. Incluso hay poliedros de plástico o de cristal, pienso: el mismo acervo génico pero distinto material y distinta la complejidad de la forma.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">De pronto recuerdo algo leído recientemente, voy a los libros, cojo dos y, de nuevo en el sofá, paso páginas y encuentro lo que buscaba, una cita del <i>Bhagavad Gita</i>: “<i>El Yo encarnado se desprende de sus cuerpos viejos y entra en otros nuevos. Este Yo no puede ser herido, ni quemado. Es eterno, es inmóvil, el Yo es el mismo para siempre.”</i> Heráclito opinaba justo lo contrario. En el otro libro leo <i>“Para W. James, el yo puede dividirse en el Yo empírico y el Yo conocedor...”</i> ¿Realmente nuestro <i>Yo conocedor</i> puede alcanzar la inmensidad oceánica del otro Yo, o bien el Yo es eterno e inmutable como dicen los vedas?<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">En <st1:personname productid="la pantalla Condo" st="on">la pantalla Condo</st1:personname> se había quedado como pensativo mientras yo leía. Tomo de nuevo el mando a distancia y le solicito <i>zoom</i> hasta que la cara ocupa toda la pantalla. ¿<i>Dónde</i> está ahora mismo ese Condo que hablaba de la mitología griega? Fue precisamente un griego que pensó por primera vez que el movimiento no puede existir, dado que para cruzar un espacio determinado haría falta pasar por un número infinito de puntos y eso no es posible, pero en mi pantalla he inmovilizado uno de esos puntos y –increible- a Condo en él. Es preciso un poco más de <i>zoom</i> para ampliar su mirada como ausente, su mirada que en aquel momento veía en su mente a los dioses del Olimpo y que, en ese fotograma irrepetible, desprende una pureza casi infantil. “Aún no se me ha quemado la mirada”, había dicho un día.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="line-height: 110%;">Quería ampliar más pero la tecnología ha llegado al máximo. Habibi es tan rápido que salta del sofá antes de que yo acabe de levantarme de un impulso, y se me queda mirando mientras me siento en el suelo delante mismo del televisor, sin dejar de mirar a la pantalla como hipnotizada, necesitando comprender algo muy importante que no se dejaba comprender desde más lejos y sin <i>zoom</i>, con la agradable certeza de que para ello queda ya poco, muy poco.<o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"> <span style="font-family:arial;">ene-2007</span><br /></div><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif oct-2007</span><br /></div>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-88556593430516162412007-01-22T21:31:00.000+01:002007-09-14T20:03:26.368+02:0023. La extraña voz de CondoEN REVISIONAna di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-72045694899574584392007-01-20T10:52:00.000+01:002007-09-14T20:01:58.304+02:0021. Condo aprendiz de yoguiEN REVISIONAna di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-32027774382765146462007-01-20T10:48:00.000+01:002007-09-14T20:01:06.567+02:0019. Condo al microscopioEN REVISION<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;"><span style="font-size:130%;"><span style="line-height: 110%;font-size:13;" ><o:p></o:p></span></span></p>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-1157060902763967192006-08-31T23:46:00.004+02:002011-11-10T21:35:47.636+01:0016. El capitán Condo<div style="text-align: justify;"><a href="http://bp3.blogger.com/_8Y_v6iczu0E/RxYP9Sdy5mI/AAAAAAAAAXc/3mbMKPYlwKw/s1600-h/Ana+skafos+cap+condo.jpg" style="font-family: arial;"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5122299171783763554" src="http://bp3.blogger.com/_8Y_v6iczu0E/RxYP9Sdy5mI/AAAAAAAAAXc/3mbMKPYlwKw/s200/Ana+skafos+cap+condo.jpg" style="cursor: pointer; float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px;" /></a> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><br />
<span style="font-family: Arial; font-size: 10pt;">"..me duele la piel. Estoy en el ojo del huracán. Siento la piel como un frontera, y el mundo exterior como un aplastamiento. La sensación de separación es total"</span><br />
<span style="font-family: Arial; font-size: 10pt;">(M. Houellebecq, "Ampliación del campo de batalla")</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 10pt;"> </span><span style="line-height: 110%;"> </span><br />
<span style="line-height: 110%;">Entre el puerto antiguo y el nuevo hay unos dos kilómetros. Es un paseo agradable que he preferido terminar en el extremo de <st1:personname productid="la Villa Ol■mpica. Hace" st="on">la Villa Olímpica. Hace</st1:personname> buen día y alargo la caminata un poco más, hasta los amarres donde se balancean los veleros en serena convivencia. A Jorge le gustaría comprar uno aunque fuera de segunda mano. Los miro a paso lento. En uno de ellos un matrimonio cincuentón prepara una travesía, andan de aquí para allá con paquetes y bolsas. Tres o cuatro embarcaciones más allá, un hombre con gorra de capitán trajinea en el suyo. No entiendo mucho de veleros pero ese parece algo viejo. Hará unos diez metros. El hombre se queda de pie en la popa y me mira desde allí.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¡Condesa! ¡Ven a dar una vuelta! –grita.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">No me lo puedo creer.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¡Pero Condo! ¿también tiene el PER? –me asombro y me acerco a la vez.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¡Ja ja! ¿Te crees que iba a navegar sin título?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-No lo dirá en serio, a mí el mar me da mucho respeto, ya lo sabe.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Anda, y a mí. Venga, mujer, que de vez en cuando está bien cambiar de aires. Va, no me seas cobardica.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Para subir ahí hay que poner un pié en esa cosa que se balancea indecisa sobre el agua.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Cómo se entra en esto? Se mueve mucho...<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Espera, antes de subir échame ese cabo, ¿quieres?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Qué cabo?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Condo se ríe e indica. Lo enrollo, se lo tiro, y luego consigo subir con algo de ayuda. Luego él sube el ancla. Cómo huele a mar, aquí. Y, después de todo, es divertido caminar sobre algo así de inestable.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Esa gorra le sienta estupendamente –bromeo, sentándome en la popa.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Verdad que sí, que estoy guapo? –dice tocándose la visera.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Guapísimo –concedo, intentando recordar si he visto alguna vez otro capitán con gorra y bermudas-, se parece usted a Bogart en “La Reina de África”. Pero no iremos muy lejos, ¿no?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Muy lejos no –pone en marcha el motor-, este cacharro tampoco está para muchos trotes.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Miro inquieta alrededor, a todas las partes del <i>cacharro</i> que alcanzo desde mi sitio, y trago saliva mientras zarpamos.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Está diciendo que encima podemos acabar en naufragio? Lo de “La Reina de África” lo decía en broma, hombre...<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">En ese punto, Condo se pone a recitar, a pleno pulmón:</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><link href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CAna%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml" rel="File-List"></link><style>
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</style> </div><div class="MsoNormal" style="font-style: italic; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt;"><span style="letter-spacing: 1pt;"> <br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="font-style: italic; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt;"><span style="letter-spacing: 1pt;">Cuando salgas en el viaje, hacia Ítaca<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="font-style: italic; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt;"><span style="letter-spacing: 1pt;">desea que el camino sea largo,<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt;"><span style="letter-spacing: 1pt;"><span style="font-style: italic;">pleno de aventuras, pleno de conocimientos...</span><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;"> <br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Parece mentira que en tan pocos momentos la costa pueda verse ya mucho más pequeña. Aún no las tengo todas conmigo, pero confío en que Condo no me dejaría morir ahogada. Está al timón.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿No te irás a marear, no? –pregunta desde allí.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-No creo, no.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¡Estar en el mar es distinto de estar en tierra, condesa! –dice, descubriéndome <st1:personname productid="la penicilina-. Quiero" st="on">la penicilina-. Quiero</st1:personname> decir que ahí se toca de pies en el suelo, y aquí se flota, ¿me entiendes?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-No me diga.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Qué te da miedo del mar? –pregunta.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Que preferiría ver qué hay debajo.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Y qué crees que hay debajo? –insiste.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Yo qué sé, Condo. Pues tiburones, medusas...<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¡Ja ja! ¡Ja ja!<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Ya, seguro que ahora está jugando al psicoanálisis silvestre, traduciendo <i>mar</i> por <i>inconsciente</i> y cosas así.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Pero algo malo le ocurre. Se le contrae la cara en una mueca de... Sé de qué se trata. Lo sé de un modo automático, antes de poder pensarlo. Voy hacia él de un salto.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¡Condo! ¿Qué le ocurre? Es la rodilla, ¿verdad?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Es extraño, su expresión cambia repentinamente a otra que delata contento.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-No es nada –apacigua-, ya te dije que es una herida vieja, de hace mucho tiempo. De hecho hace muy poco que me ha vuelto a molestar.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Tengo la impresión de que es un tema del que no quiere hablar mucho, como si le avergonzara haber hecho muestra de dolor. Parece dudar unos instantes si añadir algo más o no. <o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Me temo, condesa, que debo sentarme un rato. Tendrás que coger el timón. O mejor no, pararemos un ratito aquí a ver si esto se calma –dice dándole a un botón del motor y convirtiendo todo en silencio.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">La empatía es una opción más desarrollada en unos que en otros, pero eso no se elige. Por desgracia para mí, nací con una exagerada capacidad de empatía, sobre todo con el dolor ajeno. Con el propio también, pero a eso se le llama ser quejica. Una lesión temprana truncó mi futuro como tenista y ahora soy fisioterapeuta, una profesión en la que a veces causo dolor sin desearlo. Pero en este momento mi preocupación se divide en dos: por un lado no me gusta nada estar tan lejos de tierra firme (¿dónde ha ido a parar la costa?), y por otra, me gusta menos aún que el capitán de la embarcación no esté en plenas condiciones.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Condo se ha sentado en uno de los banquillos laterales de la popa.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Sabes esas pelis de investigación policíaca, donde van a la casa del crimen a buscar huellas?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Sí.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Ahí donde presuponen una huella que no se vé, esparcen unos polvillos y los reparten sobre la superficie con un pincel. Entonces, casi por arte de magia, ahí donde pasan el pincelito se hace visible la huella.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Sí.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Pues con algunas heridas ocurre algo parecido –explica midiendo sus palabras-: no despiertan hasta que alguien las ve.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Sé que está refiriéndose a mí porque recuerdo muy bien aquel día: fue al sentarse en la <i>chaisse longue</i>, en la sala de los misterios eleusinos. Pero, por motivos básicamente intuitivos, el dolor físico en alguien como él no me acaba de encajar. Claro que no ha dicho que le duela, sólo ha hablado de molestia. Pero acaba de hacer otra breve mueca de dolor, como si algo le quemara por dentro. No me gusta verle así, me angustia, me retuerzo los dedos de una mano con los de la otra.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¡Oh, Condo...! ¿puedo hacer algo?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Su rostro se ilumina con un brillo que me coge desprevenida. Me mira pero no contesta.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-No sé... –aclaro mi pregunta-, ¿no tiene usted aquí algún medicamento para estos casos? No sé, algo...<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">¿Me habrá oído? Aquella luminosidad sigue ahí, es casi como una sonrisa sin serlo.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Es posible –contesta al fín-. ¿Puedes mirar tú misma por ahí dentro? Creo que tengo una especie de botiquín. Debajo de un asiento de ahí dentro verás una portezuela.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Mientras voy a mirar, el capitán se acomoda mejor y por ello me pierdo un aire de triunfo que es mejor que me pierda porque tampoco habría manera de describirlo, pues hay pensamientos asociados a todas las palabras inventadas pero no hay palabras para todos los pensamientos.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">El armario está lleno de objetos variados amontonados en desorden.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Es esto? –digo, enseñándole un tubo de pomada homeopática que lleva árnica.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Algo hará –dice, extendiendo un brazo mientras contiene otra vez esa mueca ininterpretable que queda entre el dolor y la felicidad.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Deje, deje, ya lo hago yo –se adelanta mi vicio profesional-. Estire la pierna aquí encima, así, vale.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">En los años que llevo en esto, nunca había sentido tanta responsabilidad ante una rodilla ajena. Lo cierto es que tampoco me había encontrado antes con un caso tan anacrónico, me digo a modo de argumento. Pero ese argumento no acaba de funcionar mientras extiendo una cantidad de pomada sobre la rótula y alrededores intentando pensar en otra cosa, diciéndome que poner un antiinflamatorio en una pierna como esta no tiene nada en absoluto de anormal.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Nos pasamos media vida intentando construir una identidad que nos distinga de los demás, que nos afiance en la seguridad de que nuestro <i>yo</i> es más que una palabra, que es algo que nos separa del <i>tú</i> y del <i>ustedes</i>. Parecería que el continente material de la identidad fuera la piel, un envoltorio de lo privado, nuestra frontera con el universo a juzgar por el efecto que produce tocarse, sobre todo aquí en occidente. Lo percibo cada día en el centro de rehabilitación, en los estiramientos pasivos, los reconocimientos de articulaciones hinchadas, los masajes de contracturas deportivas. Hay un no sé qué de respingo leve en las pieles, tan leve que es casi imperceptible, aflojado desde luego por lo aséptico de la sanidad: pieles que se dejarán acariciar por la noche sin remilgos, pero que, aún así, por culpa de nuestra racionalidad tardan un tiempo variable en abandonarse al contacto, atrincheradas tras el pudor en que han sido educadas.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Y el sentido del tacto... A primera vista parece un sentido como los demás y nos conecta con el exterior, y, sin embargo, mientras la vista o el oído lo hacen mediante ondas que son recogidas y traducidas en objetos, percepciones inmateriales, volátiles, la piel toca, choca, aprieta, roza o se penetra sirviéndose –quizá aquí está la cuestión- de la condición más tosca de nuestra estructura, la material, recordándonos cruelmente que, además de ondas decodificables, somos también carne, carne fresca, emocional, carne sensitiva. La piel es, en definitiva, nuestro límite con el mundo: de la piel hacia dentro se halla arropada nuestra identidad; de ella hacia fuera, en cambio, reina <i>todo lo demás</i>, y quizá por esto el contacto nos hace saltar la alarma: tenemos un miedo irracional de que la frontera sea desactivada, de confundirnos con el resto o con el otro si la piel es violada, presionada más allá de la caricia, igual que para metemos en el mar debemos atravesar su engañosa superficie. Más adentro de la piel estamos resguardados <i>nosotros</i>, lo inaccesible, eso que hay que proteger a toda costa como a un polluelo prematuro porque la piel vendría a ser también como el cascarón del huevo, algo frágil que puede romperse. Por eso tocarse tiene algo de tabú, pienso, y es por miedo de cruzar la frontera con la inmensidad.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Mientras pensaba todo esto cae sobre mí el repentino peso de una losa, algo que llevaba instalado aquí desde que Condo ha apagado el motor pero que no había percibido hasta ahora: el silencio, un silencio que se balancea sobre la superficie de unas olas casi inertes, mecidas por una brisa levísima. Reparto bien el ungüento sin atreverme a mirar más que <st1:personname productid="la rodilla. Si" st="on">la rodilla. Si</st1:personname> lo hiciera, vería allá arriba, con ese silencio azul turquesa por fondo, una cara de ojos cerrados en la que se adivina un matiz de alivio que trasciende al puramente físico, un alivio que arrastra consigo al presente más allá de la piel.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿No me va a explicar cómo se lo hizo? –pregunto al herido, cambiando de tema conmigo misma.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Nada, una tontería, un accidente tonto –resume él-. Una cantidad ínfima de una sustancia muy tóxica se quedó ahí dentro. No tiene importancia, sólo que se ha vuelto a inflamar.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Masajeo despacio los últimos restos de pomada con todos los dedos, deseando que penetre pronto la piel y haga algo allá dentro, lo que sea pero algo. Algo que se imponga a este silencio. Condo no se pierde ahora detalle, como si el cosmos entero estuviera concentrado en su rodilla, o en mi mano, y quisiera devorarlo con <st1:personname productid="la vista. Ahora" st="on">la vista. Ahora</st1:personname> sí le miro, pero creo que ni siquiera se da cuenta porque parece completamente absorto, como hipnotizado, en esta improvisada cura. Durante unos instantes me quedo tan absorta como él: nunca había detectado nada en su rostro tan parecido al goce. Un cocktail con demasiadas novedades para un solo trago, un mareo de miel, un...<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Bueno, creo que ya está –digo, terminando un poco abruptamente y cerrando el tubo.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Nos quedaremos aquí un rato, si te parece –dice Condo.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">A un enfermo no se le contradice, así que accedo.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Como quiera. ¿No habrá traído por casualidad una cerveza?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Naturalmente –contesta su hoyuelo.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">De repente me asalta una inquietud y me aterrorizo.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Condo.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Qué?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Oiga... Esta vez no irá a desaparecer aquí, sin avisar, y dejarme sola en alta mar, ¿verdad? No sé nadar.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Mujer, la duda ofende –tranquiliza.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Abro dos latas y le acerco una, pues sigue con la pierna mala -la izquierda- estirada sobre el banco. Da un trago y se seca el bigote con el dorso de un dedo. Luego se mira la rodilla.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Tienes buenas manos –dice.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Gracias.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-No, en serio, se nota que a tí esto de curar te va mucho, aunque no deberías perder de vista una verdad esencial.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Cuál?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Que mucha gente no <i>desea</i> curarse, por más que tú hagas.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Tiene razón en que me niego a aceptar este hecho evidente. He observado con frecuencia un aire que recuerda a la íntima satisfacción en pacientes que llegaban al centro en muletas, en el modo en que se cuentan unos a otros todos los detalles de sus lesiones y las intervenciones, en las camillas de la sala de fisio donde día a día acaban haciéndose casi amigos. O en mi abuela, que me recita todos sus males como si fueran medallas a venerar. Parece paradójico pero es así.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Por qué es así?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Oh, las razones son complejas –explica Condo- pero, para simplificártelo, existe un fenómeno muy extendido llamado victimismo, no sé si lo sabes.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Creo que sí.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Pues lo que se cree no es más que una creencia –censura él con buenos modos-. Deberías mejor basarte en estadísticas reales, fijarte en qué compensaciones reciben algunos enfermos, estudiar a nivel de detalle qué cambios se producen en sus vidas.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Compensaciones? ¿Estadísticas?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-La enfermedad es una etiqueta que a la más mínima se pegotea al ser más profundo –Condo da otro breve trago a la lata y se queda mirando hacia el horizonte.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Pienso en personas que he conocido que, en cuanto pueden, te dicen “yo soy fibromiálgica” o “yo soy diabético”, como si eso fuera una profesión.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Sí -concuerda el capitán Condo-. Le etiqueta parasita de tal modo que acaba confundiéndose con <st1:personname productid="la identidad. Por" st="on">la identidad. Por</st1:personname> supuesto que no hablo de todos los casos, pero esa condición de falta de salud a veces deriva también en beneficios, ya sean sociales, familiares o de otro tipo.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Cómo cuáles?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Tú misma, por ejemplo –ejemplifica Condo-, de pequeña alguna vez no habías fingido que te dolía la tripa para no ir al colegio?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Intento recordar.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Sí.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Sentías verdadero dolor?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Intentaba convencerme de que lo sentía –reconozco.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Pues ya tienes un ejemplo muy simple.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Póngame otro ejemplo –pido, para estar segura.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Condo piensa durante breves instantes.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Tienes muchos alrededor, piensa en algún matrimonio que haya caído en la rutina amigable, hijos rondando los veinte y ella con alguna enfermedad de esas en que los médicos “no le encuentran nada”.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Menchu y Daniel correspondían a esa descripción aunque el niño era algo más pequeño.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Ajá -digo con la boca cerrada.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Él probablemente tenga una amante, o líos esporádicos.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Está seguro de que eso tiene que ver con la enfermedad?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Por supuesto que no en todos los casos, no. Líbreme Dios de decir tal cosa, pero ¿por qué no le encuentran nada a tu conocida? Te lo diré: porque su enfermedad es una enfermedad, digamos, del alma.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Psicosomática -digo.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-El nombre es lo de menos, pero, como ya sabrás, se está redescubriendo el vínculo entre lo emocional y lo orgánico. Digo redescubriendo porque hace varios siglos que esto se sabe, sólo que la humanidad ha pasado por un largo período de amnesia.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Pienso y asiento, imaginando el caso en mis amigos. De hecho Menchu acaba de ser diagnosticada de fibromialgia, y estoy segura que nunca ha querido saber nada sobre la secre de Daniel. Condo se ha quitado la gorra blanca y la ha dejado sobre el banco.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Suponiendo que tenga razón, ¿qué se hace en esos casos, cuando les conviene estar enfermos?<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Nada, dejarles que decidan ellos. Hazme caso: no quieras salvar al mundo entero, salva sólo a aquellos que estén dispuestos a pagar el peaje –Esto lo ha dicho mirándome fijamente.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-¿Y cómo se les distingue? –me gustaría saber.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Mira brevemente su rodilla; luego incorpora bruscamente su espalda del asiento y se inclina hacia mí, tanto que me asusta. Entonces apoya su dedo índice entre mis cejas y dice:<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Confía más en tu intuición, condesa, en tu hemisferio derecho.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">¿Y él? ¿Desea Condo curarse de la rodilla? Mi intuición dice que no, pero algo debe fallar porque -y de eso no tengo duda alguna- él no es desde luego un victimista. Mi sexto sentido dice algo más incongruente aún: que, por alguna razón que no alcanzo a comprender, le alegra que esa herida misteriosa haya despertado.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Me siento apoyando el estómago en el respaldo, mirando hacia el mar. Intento ver más abajo de la superficie tranquila. Está tan transparente que si viniera algún tiburón le vería, pienso absurdamente. Pero no hay. Es más: dan ganas de tirarse ahí dentro, de bucear... Condo acaba de conectar la telepatía, parece.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Parece que le estás perdiendo el miedo –dice.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-No sé, quizá... –digo sin dejar de mirar hacia abajo-. Tiene algo que atrae. Nunca lo había visto así, no sé.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Y ahora la condesa se daría un chapuzón, pero no puedo darte ese capricho. Hoy no, eso aún no toca.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">Sonrío para admitir que me ha pillado, y con él no vale fingir.<o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" face="arial" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="line-height: 110%;">-Pero ya estoy mucho mejor –dice levantándose súbitamente- así que tripulación, prepárense para zarpar: volvemos a Itaca.</span></div><div class="MsoNormal" face="arial" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;">Vuelve al timón y se pone a declamar otra vez a los cuatro vientos:</div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; font-family: arial; font-style: italic; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-size: 100%;"> <br />
</span></div><div class="MsoNormal" face="arial" style="font-family: arial; font-style: italic; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><link href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CAna%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml" rel="File-List"></link><style>
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</style> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; font-style: italic; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt;"><span style="font-size: 100%; letter-spacing: 1pt;">Desea que el camino sea largo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; font-style: italic; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt;"><span style="font-size: 100%; letter-spacing: 1pt;">Que sean muchas las mañanas estivales<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: arial; font-style: italic; line-height: 110%; margin-bottom: 3pt;"><span style="font-size: 100%; letter-spacing: 1pt;">en que con cuánta dicha, con cuánta alegría,<o:p></o:p></span></div><span style="font-family: "; font-size: 100%; font-style: italic;">entres a puertos nunca vistos</span><span style="font-size: 100%;">... <br />
<br />
</span><span style="font-size: 100%; line-height: 110%;"><o:p></o:p></span><br />
<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: 100%;">Cuando volvemos a puerto se está poniendo el sol sobre la ciudad. ¿Dónde se habrá quedado la tarde, que no la he visto marcharse?</span></div><div align="justify" style="font-family: arial;"><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-family: Arial; font-size: 100%; line-height: 110%;"><o:p></o:p></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 110%; margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt;"><span style="font-size: 130%;"><span style="line-height: 110%;"><span style="font-size: 100%;">(FIN)</span><o:p></o:p></span></span></div>ago-06 <br />
<span style="color: white;">modif nov-2007</span> </div>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-1150990464549467912006-06-22T17:33:00.000+02:002007-10-16T10:04:10.851+02:0011. Condo entre cuencos (y 2)<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Ignoro cuánto tiempo ha transcurrido porque el tiempo se ha evaporado y ahora mismo tampoco habría cómo medirlo. La sala está a oscuras, ¿qué se habrá hecho de las antorchas? Ahora parece proceder de la propia mirada eso que ilumina la penumbra en un nivel justo, qué extraño.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Creo que me había quedado dormida o ensoñada, hace rato que no se oyen cuencos. Sí, debo haber estado soñando que estaba sentada en una sencilla mesita de madera color azul cobalto, frente a un inmenso mar como comensal. Junto a nosotros el horizonte tragándose un sol enorme y rojo que parecía querer retardar eternamente su adiós hasta la mañana siguiente, como los niños que no quieren ser arrastrados por mamá al final de la fiesta.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Y súbitamente vuelvo a estar aquí. Incorporo un poco la cabeza para ver si sigo donde estaba, aunque a estas alturas no es que me preocupe demasiado dónde estoy. Pocos metros más allá está la <i>chaisse longue</i> pero está vacía: Condo no está sobre ella. Habrá ido a estirar las piernas. Me levanto para desentumecerme yo también, me estiro por todas partes, doy una vuelta lenta pegándome a las gradas de piedra que rodean la sala, casi se oye el eco de los extasiados en sus arcaicos cánticos a Dyonisos. Podrían ser psicofonías, después de todo tampoco el sonido se crea ni se destruye, viene a ser un baile de ondas que flotan y atraviesan el tiempo. Tiempo que no sabe penetrar estas paredes antiguas, qué delicia. Me acerco hasta la del fondo, la rozo con un dedo mientras camino. Giro sobre mis pasos de nuevo hacia el futton, intentando reencontrar el camino en la semioscuridad.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Al volver paso junto a la <i>chaisse longue</i>. Me parece ver algo en el suelo junto a ella: es un papel doblado. Lo desdoblo: anotaciones en bolígrafo azul en su letra un poco de escuela antigua, algunas palabras tachadas; las supervivientes a las tachaduras, si se leen seguidas, conforman algo parecido a un poema. Apenas se puede leer:</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><br /><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >“<i>Sueño<o:p></o:p></i></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><i><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >sobre finísimos hilos<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><i><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >donde tejen las alondras<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><i><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >alambradas.</span></i><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><i style=""><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Soy un hombre nuevo<o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><i style=""><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >iniciado en el olvido.</span></i><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >”</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><br /><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >En el reverso hay un dibujo, también a bolígrafo, es una figura mitad hombre, mitad caballo: un centauro. Parece uno de aquellos dibujos que uno hace distraidamente mientras habla por teléfono. Pues no dibuja mal, pienso. Junto a él pone “<i>Quirón</i>” en letras adornadas, barroca, innecesariamente retocadas varias veces. Doblo el papel y lo dejo en el lugar exacto donde estaba. Condomina nació en diciembre, ¿será por eso que le da por dibujar centauros mientras habla por teléfono? Rebusco en mi memoria: el sabio y bueno Quirón, tras ser herido accidentalmente por la flecha envenenada de su discípulo y amigo Hércules, no pudo más que retirarse a su cueva, agonizante de dolor pero sin poder morir porque era inmortal. Se me hace una chispa de luz, pero es una chispa que se apaga enseguida ante mi impotencia mental. Condo probablemente también es inmortal, como Quirón, sólo alcanzo a pensar de momento. ¿Cómo será la novela que escribe?, me pregunto. Lo único que dejó entrever una vez, indirectamente, es que trataba sobre héroes y arquetipos mitológicos o algo así. Ahora veo que es también todo un poeta.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Me recuesto en mi sitio, justo antes de que él vuelva a aparecer en <st1:personname productid="la sala. Sonr■e" st="on">la sala. Sonríe</st1:personname> apenas con los ojos a modo de saludo formal. Me parece observar que renquea un poco, pero está demasiado oscuro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Le duele algo, Condo? –pregunto mientras se tiende en su <i>chaisse longue</i>.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Y ahí se encalla aún más el tiempo, y lo hace debido a un imperceptible sobresalto de Condo que hace vibrar el aire, algo indefinible; hasta este momento no sabía que era posible percibir un latido ajeno que contiene inquietud y esperanza a <st1:personname productid="la vez. Pero" st="on">la vez. Pero</st1:personname> se recompone enseguida y contesta:<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-No es nada, una vieja molestia en la rodilla.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >¿Qué habría en mi pregunta tan importante?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pues sí que está usted hecho u...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Quirón. <st1:personname productid="La pierna. El" st="on">La pierna. El</st1:personname> dolor incurable. La inmortalidad, una herida. Se atropellan entre sí, en mi interior, un montón de cabos sueltos que quedan desparramados e inertes, tiritando de miedo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Se ha tapado los ojos con el dorso de una mano. ¿Qué será lo que no desea ver? Miro por el rabillo del ojo debajo del diván y observo que el papel ha desaparecido.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Condo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Mmm...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Qué hilos tejen las alondras?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Unos hilos muy finos –dice en tono de indiferencia- que comunican a algunos seres; así es como se producen algunas sincronicidades. Las que nos ocurren a nosotros a veces, por ejemplo, se deben precisamente a estos hilos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Ah –digo, sabiendo que no sonsacaré nada más, pero pensando también que, por algún extraño motivo, confío en él a pesar de esa mezcla de racionalidad e irracionalidad que le caracteriza.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-La confianza pertenece a lo irracional– replica Condo a mis pensamientos en el tono de quien es lo último que desea decir por un rato- y lo irracional, a su vez, al campo de lo no probado, de aquello que se asienta en creencias nada científicas. Y tienes razón en que es difícil confiar en alguien, pero cierto toque de irracionalidad también es imprescindible.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Me cuesta entender de qué habla. ¿Dónde habría ido a dar la vuelta? ¿Se habría tomado dos copas de hidromiel sin diluir? Parece un poco raro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Condo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Qué?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Y por qué se han apagado las antorchas?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Ya no son imprescindibles para vernos –responde parcamente. Cuando contesta en ese tono, siempre me pregunto cómo no lo he pensado antes. Tiene razón, en esta oscuridad se ve igual que antes.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Luego se queda callado y yo estoy tentada de preguntarle si preferiría ser normal, porque lo que ha dicho antes no lo he comprendido del todo, pero creo que era bueno y, además, ahora parece dormido. Se respira un dulce cansancio en este ambiente húmedo envuelto en piedra, una espera apenas tensa, pero ¿de qué? Le miro de reojo y veo en él un poeta soñando en quién sabe qué cosas. Visto así parece casi vulnerable. Forzando apenas la mirada parece también un cuadro de Escher, de esos donde la lógica se retuerce sobre sí misma. Parece muchas cosas, esto es lo que tiene el ser poliédrico.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Eso de ser como él tampoco tiene que ser tan divertido, pienso mirándole con cierta compasión maternal. La verdad es que, aparte de que a veces sea invisible o pueda hacer aparecer un cubata en su mano por arte de magia, por lo demás últimamente es cada vez más difícil distinguir a Condo de los demás. A veces parece un niño herido, pero otras es de una autosuficiencia que sólo se soporta mediante una admiración a prueba de bomba. Me pregunto cómo será su hermano, el médico.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 110%; letter-spacing: 0pt;font-family:Arial;font-size:12;" >Todas las partes insolubles de Condo son como los mandamientos: para simplificar se dividen principalmente en dos, lo que me lleva de nuevo a esa imagen del centauro mitad hombre, mitad caballo, o sea: mitad autoconciencia, mitad instinto. Mitad humano, mitad divino; pero eso no puede ser, me digo. Quirón fue rechazado por su padre, un paria del Olimpo, una víctima del azar, condenada al sufrimiento eterno por un error de su discípulo. Le miro otra vez por el rabillo del ojo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 110%; letter-spacing: 0pt;font-family:Arial;font-size:12;" >“¿Cómo saber donde nos aguarda la desgracia?” –había dicho un día, tomando unas tapas en el barrio pijo de la ciudad- “¿Qué debemos hacer? ¿Cómo escapar de la maldición?”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Cómo? –había preguntado yo sumamente interesada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >“Pues yo creo que existe una forma, y es saber no sabiendo demasiado (“o sea, haciéndose el tonto”, entendí yo), “que esa creencia no adquiera una dimensión, una masa critica, someterla a la cadena del frio y de deshielo periódicamente, entrar sin estar y salir sin desaparecer, tener un pie en el mundo y otro fuera de él... Sí, condesa, la ambiguedad calculada es la solución para que esa fuerza no tire de nosotros hacia el Hades sin billete de vuelta. La tragedia de algunos es tener la habilidad de hacer cosas muy distintas y lejanas entre sí, pero cuando uno se compromete debe hacerlo por algo con sentido.”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Entonces, como en una revelación, me parece entender una gran cantidad de enigmas: Condo también está en deshielo, se debate contínuamente en el equilibrio entre los opuestos, sólo que ha llegado a una <i style="">entente cordiale</i> con ellos: ha arrancado de la vida un trozo de paradoja para vestirse y confundirse camaleónicamente con ella, como los soldados en misión de ataque que se cubren con las hojas de la misma selva. Debí haberlo entendido antes, pero soy bastante lenta: esa ambigüedad que tanto me rebota a veces no es más que un mecanismo para defenderse de <st1:personname productid="la inmortalidad. Por" st="on">la inmortalidad. Por</st1:personname> algún motivo se está cansando de ser como era, o quizá se haya vuelto dependiente de sus propias estrategias para deslizarse por la vida de nosotros los normales, haciendo equilibrios constantes para no ser excomulgado por sí mismo de ninguno de ambos mundos. Qué incómoda debe ser su vida, entonces, y qué absurda había sido, hace tiempo, al estar casi a punto de odiarle: en realidad lo que necesita es redimirse, zafarse de sus propias trampas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Le miro de nuevo, perdido en sueños, pero me fijo en su expresión de sonrisa ida, perdida en su otro mundo. Cuando duerme al menos no capta mis pensamientos, eso es lo bueno, así que dispongo aún de un margen para retomar por última vez a Quirón, que anhelaba morir y no podía, pero que finalmente fue redimido por Prometeo en un trueque rocambolesco. Son varias las ocasiones en que Condo me ha hablado sobre el sentido de la misión en la vida, sobre el destino, uno de sus temas favoritos. Ha llegado a sugerir, en tono misterioso, que yo aún desconozco <st1:personname productid="la m■a. El" st="on">la mía. El</st1:personname> recuerdo de esa sugerencia cristaliza ahora en una cadena de interrogantes: ¿Cuál sería la vía de redención de Condo? ¿Debía yo curar la herida incurable en la pata del centauro? ¿Era ese mi destino y no me atrevía a creerlo?</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;">220606</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif oct-2007</span><br /><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><o:p></o:p></span></p>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-1147088032284174392006-05-08T13:31:00.000+02:002007-12-19T10:33:09.082+01:0010. Condo entre cuencos (1)<p style="text-align: justify;" class="MsoBodyTextIndent"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%; letter-spacing: 0pt;font-family:Arial;font-size:12;" ><span style="font-size:100%;">Hacía tiempo, mucho, que no me tumbaba en el futton con música a todo volumen de cuencos tibetanos (llamémoslo música, por consenso) y para solaz de los vecinos. Suerte que, como es domingo, aún deben andar de regreso en algún embotellamiento. Ropa cómoda, relajación, respiración profunda en estado horizontal, incienso de sándalo y pronto vuelo con las vibraciones armónicas.</span><o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Dannnnnnnnng... Pausa. Respirar. Doonnnnnnng... El aire fluye por las tuberías vivas y uno se siente mejor a pesar de que para que entre mejor haya que contraer un poco el diafragma al final, otorgarle su libertad ganada sólo por existir. Todo es un ir y volver y cada compensación está en dejarlo salir, dejarlo flotar hacia fuera a sus anchas. En esos momentos de salida es fácil imaginar la inmensa tela de un paracaídas posándose a cámara lenta tras aterrizar sobre un prado, en la que parece que siempre queda un montículo de aire por rendirse suavemente a la ley de <st1:personname productid="la gravedad. Dannnnnnng... La" st="on">la gravedad. Dannnnnnng... La</st1:personname> tensión se va... se va... La vibración que llega desde fuera alcanza las células que nos separan del resto, de ese inmenso resto que-no-somos, es dulce ese choque entre el sonido y eso-que-sí-somos, ambas cosas parecen saludarse y entenderse de buen rollo, como si se hubieran conocido toda <st1:personname productid="la vida. M£s" st="on">la vida. Más</st1:personname> pausa, el aire sale, sale... sale aún... Los pulmones van cediendo a la mente el placer de respirar. Doonnnnnng...ng...ng... El olor del sándalo sigue su propio curso, uno distinto del sonido porque para eso tenemos distintos mecanismos de bienvenida según la onda sea de un tipo o de otro. Daaannnnnng... ng... ng... Algo penetra por puro equilibrio en la mente (¿será eso la paz?), penetra sin esfuerzo en el cráneo que también se afloja paralelo a la tela del paracaídas, con un deseo tolerante de vaciarse de todas estas tonterías que se piensa cuando no se debe y que ahora quedan lejos, tan lejos...<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Donnnnnnnnng... ng... ng... Ese era el Sol bemol, seguro. Mente casi vacía, casi casi vacía... El aire parece eternizarse en su pacífica salida (pero ¿hay realmente un <i>exterior</i>?), la prisa -esa que los occidentales llevamos incrustada al cuerpo incluso en domingo- se ha desvanecido y danza su danza perfecta en el éter junto al aroma a sándalo. Mente vacía, espacio casi infinito en el interior (si existe también un <i>interior</i>). Mi cabeza se ha expandido hasta alcanzar el tamaño de la sala de audiencias del enorme palacio donde se celebraban los misterios eleusinos. Ahora cabría ahí cualquier cosa que no <st1:personname productid="la disturbie. Est£" st="on">la disturbie. Está</st1:personname> lista para cualquier pensamiento, idea o cosa que venga en son de paz, está...<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Se puede? -pregunta Condo entrando en la sala.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >No moveré los labios por nada del mundo, pero no es problema porque en este estado es cuando la telepatía sale mejor, no hay que esforzarse.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Qué hace usted por aquí, Condo, dentro de este estado mental?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Observando, aprendiendo relajación, eres buena maestra -la carga irónica de su tono es esta vez nimia.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >No me altera ni siquiera su humor, alterar una sóla de mis células representaría ahora mismo demasiado esfuerzo, así que bienvenido sea, yo de aquí no me muevo, lo juro por los dioses del Olimpo.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Puedes seguir así, condesa, ningún problema -telepatiza Condo.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Así seguiré, no lo dude, que ahora mismo este cuerpo me pesa demasiado como para moverlo -respondo por la misma vía, aunque lo cierto es que es difícil distinguir la pesadez total de la liviandad total, en cualquier caso ambas buenas razones para no moverse.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Donnnnnnnnnnnnnnng... ng... ng... ng... El cráneo vibra agradecido.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Y para qué sirven los cuencos y sus dongs? -pregunta Condo.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Hombre, ¿no ve que son catárticos? Actúan a nivel vibracional, es como una ducha, una limpieza de traumas, del polvillo que nos ensucia las ideas del día, de...<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Ah, pues yo de traumas sí que sé bastante.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Querrá decir por los libros de su padre, pienso y oye.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Y por los vividos también –contesta casi enseguida, y es que la telepatía funciona <i>real time</i>-, y es que ahora no me refería a la teoría sino a lo vivencial.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Eso sí que me extraña.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Traumas... ¿usted?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Llega otra ducha, otra ola que arrasa con algo más que el cuerpo, otro Dooooonnnnng, todo el contenido de mi inmensa mente -Condomina incluído- es mecido cual plancton flotante.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Condo.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Qué?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Dígame la verdad: ¿me toma el pelo?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Dios me libre, ¿por qué iba a tomarte el pelo? –parece extrañarse.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-No sé. Por divertirse, por ejemplo. Porque se aburre, no sé.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Yo soy muy serio, por si no te habías dado cuenta. No me divierte tomar el pelo a nadie.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >No creo que se haya ofendido, a él no se le puede ofender tan fácil. Claro que, por otro lado, por más especial que sea, él también tuvo infancia; por lo que sé pasa por todas las fases naturales como nosotros, creo recordar. Por todas las etapas. ¿Pasaría también por la fase edípica? Quizá cada tanto se le repitan esas excreciones sistemáticas que llamamos vivencias y le llenen la mente de borra. Porque, de hecho, él también tiene mente, claro. Y tendrá algo dentro, y recuerdos y esas cosas que debe tener cualquier mente que se precie.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-A mí me parece que no tienes muy claro qué es un trauma, condesa.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pues explíqueme si quiere, que yo no hago más que estar receptiva, ya lo sabe, y en este sosegado estado incluso más aún.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Ahora ya no siento ninguno de mis músculos, tendones, ni intestinos. Apenas un pedacito microscópico de párpado. Condo parece estar a sus anchas en esa sala alumbrada por antorchas, tanto que se ha acomodado en una <i>chaisse longue</i> tapizada de terciopelo granate, el único mueble<i> </i>que hay por aquí.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Hace días, creo que desde aquel día en el faro, que la idea –más bien el temor- me persigue como una alimaña (si es que las alimañas persiguen): Condo no es precisamente un ser normal y corriente, y sin embargo hay veces en que su normalidad me desconcierta. Esa idea llegó volando como una mariposa aparentemente frágil e inocua y se aposentó hace días sobre mi coronilla.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Aventuro algo, naturalmente un poco indecisa.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Bueno, un trauma ¿no es eso que ocurre cuando nos pasa algo trágico que luego mandamos al inconsciente de una patada?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Mujer, no es tan simple –explica en un tono que me parece menos prepotente que otras veces sino más suave-. No hace falta haber sido violado o victimizado durante la infancia para desarrollarlo: existen formas de maltrato muy sutiles como la negligencia, el abandono, obligar a un niño a adoptar roles de adulto, y muchas otras. Muchas veces los traumas son indetectables, por sutiles, y se convierten en un cuerpo extraño, es decir, en una bolsa de información nunca metabolizada, aislada por una membrana en <st1:personname productid="la memoria. Puede" st="on">la memoria. Puede</st1:personname> que no se olvide sino que se recuerde demasiado. ¿Comprendes?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Pero usted...<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Es que crees que no tuve una infancia y un pasado como todos?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Ya, pero usted...<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Yo nada. También tuve padre y madre, te he contado varias veces sobre ellos ¿no lo recuerdas? Los necesitaba para poder nacer, como todo el mundo. La semillita, la maceta y demás, ya sabes.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Ssssí –reconozco algo abrumada.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Y los padres siempre rellenan los huecos del primer capítulo de nuestra existencia, nos condicionan ¿eso también lo recuerdas? O mejor dicho: el segundo.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Cuál era el primero?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Los genes, condesa, los genes. Genes y entorno. Ge-nes-y-en-tor-no. Lo biológico versus lo ambiental -dice con su paciencia habitual.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Ah, sí, es verdad. Lo que no veo claro es que sus padres... quiero decir, los padres de un... Bueno, que los suyos también le traumatizaran. Además, su madre le quería.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Y dale. Sí, pero mis carencias no vienen de ahí.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >¿Carencias? ¿Habré oído bien?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Entonces sería su padre –aventuro.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Oh, él no era malo, quizá sólo algo egoísta.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Quizá sea una alucinación auditiva, pero me parece que en eso que acabo de oir falta algo, como si estuviera incompleto. Miro mejor a Condo, que ha adoptado la postura de la Maja desnuda sobre la <i style="">chaisse longue</i>. En la penumbra, sus ojos brillan momentáneamente algo más que antes dentro de esta pausa serena. Será un reflejo de la antorcha más próxima, porque alguien como él no se conmueve, ni siquiera lagrimea, ni mucho menos llora (mientras que los hombres sí, contra el dicho popular, y más los de ahora). Aún así, debo admitir que cada día Condo me parece más humano. Por un lado desearía cambiar de tema, por otro deseo que continúe. ¿Qué hacer? Parece dispuesto a darme una pista.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Es que tú eres mujer y los mecanismos de la necesidad son distintos. Los hombres en el fondo necesitamos que alguien salga a nuestro rescate para que <st1:personname productid="la Gran Madre" st="on">la Gran Madre</st1:personname> no nos agobie con sus arrumacos.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Se me encoge el corazón bruscamente. Rescate. Me parece comenzar a entender algo, una falta. Me viene a la mente la imagen del arcano de la Fuerza, manteniendo abiertas con sus manos las fauces de un león. Condo está leyendo mis pensamientos.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Sí, por ahí va: la fuerza masculina debe sostener al hijo masculino, algo así porque, como digo, en las mujeres la problemática es otra.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Por segunda vez desde que le conozco, imagino a Condo de niño y esta vez una gran mano de hierro me exprime el corazón y le extrae una gota de ternura.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Y su padre no tenía esa fuerza.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Bueno, si la tenía, quizá se la reservó para sí mismo para que no se le gastara. Por ejemplo, siempre creyó que dos licenciados ya era suficiente en esa familia.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >No puedo creerlo. ¿Sería por eso que, aunque fuera sin título, sabía más de medicina que su hermano?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Decía que eso no era para mí, que no me gustaría, que no podría, cosas así.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Así que no quiso que estudiara? ¿Lo dice en serio?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Al menos no me dio los ánimos que todos agradecemos a esa edad de la indefinición, de la inteligencia en estado tierno puesta entre la espada y la pared, o sea entre los neones y el anhelo de lanzarse a correr hacia esa meta llamada futuro.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-El ansia de independencia.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-También, y más en la época que nos pilló a nosotros. Quiero decir a tí, porque a mí me ha pillado varias épocas –corrigió enseguida.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Entonces teníamos eso que ahora llaman valores, Condo -suspiro.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Eran otros tiempos –concuerda.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Sí –concuerdo yo.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Si algo no lo remedia, a este paso acabaremos demasiado nostálgicos. Por favor, que algo lo remedie.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-No sabíamos que existía el Mal –insiste él, sin embargo.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Una alarma muda me anuda bruscamente el estómago. Condomina parece más serio que nunca, y algo triste.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-¿Usted tampoco?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Es como si el Tiempo mismo estuviera perdiendo la paciencia esperando su respuesta. Transcurre mucho rato, horas, meses, siglos, un tiempo fuera del tiempo.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-No, no sabía que había tanto. O sí que lo sabía pero... –Se queda pensativo un momento-. No, en realidad no lo sabía. Viví mucho tiempo de espaldas al Mal, condesa, ahí quizá estuviera el error. Era inocente como una paloma blanca.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >¿No se lo habría advertido alguien?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >-Ya veo lo que piensas, pero es que a nosotros también nos hacen una especie de <i>reset</i> cada vez, ¿entiendes? No recordamos gran cosa antes de empezar cada odisea. O, al menos, no mucho más que vosotros.<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >Miro y en sus pupilas veo una hoguera en la noche, una bruja mala, veo a Ulises lejos de su destino, una mesa camilla y en la radio <st1:personname productid="la seora Francis" st="on">la señora Francis</st1:personname>, visiones que no descifro bien porque los tiempos probablemente se mezclan. Sé que me toca permanecer callada mientras no se levante de la <i>chaisse longue</i> o, como mínimo, mientras no cambie de postura. Siento un inmenso frío recorriéndome la piel, ¿o es un estremecimiento?<o:p></o:p></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><span style="font-size:100%;">(continuará)</span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;">may-06<br /><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%; letter-spacing: 1pt;font-family:Arial;" ><o:p></o:p><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif. oct-2007</span><br /></span></p>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-24486747.post-1144762269214271272006-04-11T15:29:00.007+02:002011-04-25T22:37:09.803+02:008. El olor de Condo<div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CAna%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName" downloadurl="http://www.microsoft.com"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Arial Narrow"; panose-1:2 11 5 6 2 2 2 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:647 0 0 0 159 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin-top:0cm; margin-right:0cm; margin-bottom:6.0pt; margin-left:0cm; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; mso-bidi-font-size:10.0pt; font-family:"Arial Narrow"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >A veces me pregunto por qué a veces aporrearía a Condo. Pongo mi disco duro a buscar, le doy el <i>Search </i>y espero. El resultado –el cerebro funciona así- puede aparecer en cualquier momento: en la cola del supermercado, trabajando, mirando el telediario sin verlo, en la bañera llena de espuma con la Butterfly de banda sonora mientras pienso en otra cosa. O eso creía, pero en este caso no se ha tratado de un solo hallazgo, sino de trocitos sueltos de hallazgo que van componiendo una comprensión cada vez menos huidiza.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Creo que ya casi lo tengo, o al menos ya he entendido algo importante: se trata de una especie de rabia o, mejor dicho, de impotencia: la que me produce el no entender por qué a veces parece estar de un lado y a veces de otro. El lado de acá y el lado de allá, q</span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >ue decía Cortázar. Es esta aparente ambigüedad la que me produce esta desazón, una ambigüedad que a veces raya lo perverso. Y claro, es sabido que esas emociones solemos revertirlas al exterior para no dañar nuestro ego vulnerable: de ahí esos deseos, a veces, de aporrearle.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >“Es que tú eres blanco o negro, condesa, y las cosas no son así” me espetó una vez al hablar de eso. “Y usted un invasor”, me salió de muy dentro sin saber por qué, como si tuviera que defenderme de algo y arrepintiéndome al acto. Él pasó por alto mi comentario, y añadió solamente: “Las cosas nunca son blancas o negras, querida.”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Por un lado Condo no es exactamente humano, de esto no tengo duda, y, sin embargo, tiene achaques puramente humanos, como rinitis alérgica o colon irritable.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-¡Ja, ja! ¡Eso es para despistar! –explicó una vez-. Los poetas también defecan, condesa, ¡ja, ja!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >También come, o bebe cubatas, y sin embargo tengo la certidumbre de que no pu</span></p><p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >ede morir como todo el mundo. Es extraño, porque a veces la demás gente le vé (como en aquella conferencia sobre Literatura Terapéutica) pero otras no (como aquel camarero del Guayana), y por eso a veces meto <st1:personname productid="la pata. Pero" st="on">la pata. Pero</st1:personname> sé que el principal problema no es éste. El principal problema es que –tiene razón él- yo soy blanco o negro y siempre me han intranquilizado las cosas indefinidas, las de contornos poco claros. Y Condo es lo menos definido que he conocido.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%; color: rgb(0, 0, 0);font-family:Arial;font-size:100%;" >Lo único que es seguro de él es que los seres como él nunca, <i>nunca</i>, huelen a nada. Así lo dijo, “como él”.</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" ><span style="color: rgb(0, 0, 0);"> </span>Me lo explicó el día que me contaba algo muy interesante sobre el sentido del olfato. “El olfato”, había dicho, “es un sentido muy curioso: a diferencia de los demás, sus aferencias nerviosas, o sea sus cables, no pasan por el tálamo, o sea que sus impresiones son siempre procesadas directamente desde <st1:personname productid="la am■gdala. Quiz£" st="on">la amígdala. Quizá</st1:personname> por eso los olores siempre tienen un contenido afectivo, agradable o desagradable, aroma o peste.”</span></p><p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-O sea, ¿que están, digamos, más ligados a las emociones? –eso de que amígdala y emociones van juntitos sí me lo sabía.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Mucho, pero además fíjate que no tenemos nombre para nombrar los olores, no poseen etiquetas para ser reconocidos...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Tenía razón, pues hay sabores salados, amargos, etcétera, pero ¿cómo describir los olores? Todo aquello era muy interesante: yo me había dejado medio sueldo durante años buscando <i>mi</i> perfume, y me costó tiempo porque no me gustan ni los muy cargantes, ni los muy frescos, ni los muy florales. “Una amiga mía dice que si un viejo gordo y calvo se pone un buen aroma, sólo por oler de aquel modo, en vez de viejo, gordo y calvo se convierte en un hombre simplemente m</span></p><p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >adurito, con algún kilito de más y alguna entrada.”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Es exactamente así –acordó Condo-, el olor es sensorialidad pura que no podemos apresar con palabras, es una experiencia inefable y por ello hay toda una industria que se basa precisamente en esto, porque a fin de cuentas ese olor no es reconocido por el sujeto al carecer de etiquetas para nombrarlos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 3pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -9.9pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Eso de las etiquetas... –dije, pensando.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Ese es otro tema para otro día, déjame acabar lo que decía. Los olores –continuó- casi siempre o nos gustan o nos repugnan, funcionan mediante la ley del todo o nada...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >“Como yo”, pensé.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-...que así es como funciona la amígdala -remató Condo- cuando el tálamo no le fastidia la vida enviándole mensajeros que se empeñen en filtrar la experiencia.</span></p><p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Dado que a veces utilizo los aceites esenciales en mi trabajo, el lado científico de aquel tema me resultaba apasionante. Recordaba haber aprendido que los olores nos impactan en algún lugar escondido de la memoria básicamente porque los asociamos –o sea, los archivamos vinculados- a hechos o experiencias pasadas, no porque nos merezan un calificativo por sí solos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Pero hay una última cosa interesante –remató Condo- y es que las alucinaciones olfativas, aunque raras, son típicas de algunos estados alterados de conciencia.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; color: rgb(0, 0, 0);"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Fue en aquella conversación donde supe que él no emitía olor.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;color:blue;" ><span style="color: rgb(0, 0, 0);">-No. Nunca –dijo, rotundo-. A nada.</span><o:p></o:p></span></p><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >En todo esto iba pensando ahora que me he perdido otra vez. Soy un desastre. Conduzco muy lentamente entre pinos, en lo que parece una urbanización de veraneantes. Pero no lo es y, además, si lo fuera estaría desierta, algo como un escenario de terror pero a pleno</span><p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" > sol. Sólo sé que esto es una isla mediterránea y que estoy cerca del mar. Y que es marzo, el mes en que suele pasarme todo lo relevante.<o:p></o:p></span> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Giro en una avenida completamente desierta pero nada: alguna casita y más pinos. Por el estilo de construcción podría tratarse de una isla balear o griega. Y si es griega, entonces no es Cíclada (allá casi no hay árboles). Vuelvo a girar a mis anchas sabiendo que busco algo que me orientará, pero aún no sé qué es. Desacelero hasta casi frenar en la amplia explanada que forma un cruce por el que no viene nadie, miro a la derecha y no veo más que una extensa soledad. Al mirar a la izquierda lo veo al fín: un faro solitario ante las olas, a unos cien metros. Mi corazón se pone a latir con la misma alegría con la que mueve el rabo el perrito urbano cuando su dueño toma la correa para sacarlo de paseo. Sólo sé esto: que debo ir hacia el faro, por fín al menos una certeza. Lo hago y, a medida que me acerco, pienso que es un faro como aquel otro que...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Al apagar el motor del coche se hace el silencio en la isla entera. Bajo del coche y me expongo a un sol de marzo que pega fuerte, a traición. El silencio es roto solamente por olas enfurecidas contra las rocas, olas que el faro contempla con su único ojo cansado de Cíclope giratorio, desde su misterio inhabitado y omnipotente. Hay algo en todo esto que da un poco de miedo, y sin embargo el corazón, ese perrito alegre, no ha dejado de mover la cola en ningún momento por la proximidad de algo que de algún modo difuso tiene que ver con el faro. Sin comprender nada más que esto y, sin pensar, camino hacia él como hipnotizada mientras todo se ralentiza, sintiéndome la protagonista de una película de arte y ensayo, de aquellas lentas y con mensaje. No hay signo alguno de vida y sí una sensación d</span></p><p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >e infinitud, de algo muy sabido o a punto de saberse que llega hasta mí y que puedo casi palpar en el rugir del mar y en el brillo del sol en el cabello y en la poca piel disponible a él. Si Condomina ahora estuviera aquí, pienso caminando despacio, le diría “Mire, Condo, un faro como aquel.”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Me acerco hasta el extremo de las rocas y paseo sobre ellas; me acerco aún más hasta aquel punto en que se entregan sensuales al mar furibundo y se dejan lamer por él en su incansable misión de pulido, un quehacer persistente y acompasado y hoy, además, cargado de cierta agresividad. Ando despacio desafiando el peligro de resbalar y caerme, mientras la espuma me salpica la cara y <st1:personname productid="la ropa. En" st="on">la ropa. En</st1:personname> mi estómago siento retumbar con violencia la arteria abdominal: aquella angustia inespecífica se ha intensificado. No sé bien qué me ocurre, sólo que no es malo.</span></p><p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Entonces veo algo a lo lejos que rompe aquella unidad que componíamos hasta ahora las olas, el faro y yo. A una cincuentena de metros se diría que es una forma humana la que camina sobre las rocas igual que yo. “¿Condo?”, pienso, aunque es imposible discernir desde aquí. En cualquier caso, si ambos continuamos caminando en sentido opuesto, pronto comprobaré que sí, que era él mirándome aún desde lejos, avanzando sin ninguna prisa. Sin tiempo y sin deseo, como dice su padre. ¿Estaré soñando y lo ignoro? Porque ¿qué otra cosa hay, más que un sueño, que esté desprovista de tiempo y deseo?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Los pasos continúan como si ambos fuéramos funámbulos a mil metros de altitud caminando sobre un mismo hilo invisible y en sentidos contrarios. Pero aquí el peligro no es el del vacío de abajo sino en todo caso el mar que, por cierto, no le entusiasma ni a él ni a mí. Nunca he entendido que haya personas que se sientan a gusto dentro de él, porque <span style=""> </span>¿cómo puede uno sentirse a gusto dentro de un medio donde si respira muere? No sé qué hacemos </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="font-size:100%;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_8Y_v6iczu0E/SVU7FxEGmbI/AAAAAAAAA9Y/9zuRfb7yT9U/s1600-h/olas+menorca+08+02.JPG"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 159px; height: 119px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_8Y_v6iczu0E/SVU7FxEGmbI/AAAAAAAAA9Y/9zuRfb7yT9U/s320/olas+menorca+08+02.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5284194708045076914" border="0" /></a></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >aquí, pienso, pero no miramos hacia el mar amenazante ni tampoco hacia cada punto de las </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >rocas que deberían escoger los pies con cuidado si no queremos caernos, sino al frente, al otro lado del hilo, al otro lado de este extraño espejo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Al cabo de una eternidad la distancia se ha acortado hasta la de la voz audible, es el momento de decir “Hola, Condo” y entonces me doy cuenta de que no sabré hablar más fuerte que el rugido de las olas. Quizá un saludo telepático, pienso, pero no hay tiempo ni para eso, porque mi extraño amigo se ha acercado con dos besos rituales. Es raro porque jamás utilizamos ninguna fórmula social de saludo. Pero lo realmente extraño es que, además, en aquel instante he percibido un... No era posible que hubiera olido a... era algo a medio camino entre piel humana y colonia masculina. No puede ser, me digo, ellos no huelen a nada. <i>Nunca</i>. Debería preguntarle, pero no me atrevo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-¿Te has fijado en aquel faro, condesa? –le oigo decir.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Sí, es como... –digo, pero no termino.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-No es <i>como</i> –dice Condo-: <i>es</i> el faro de los citaucas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Nos dirigimos a él en tácito acuerdo. Los citaucas son seres venidos de las entrañas del mar y de la imaginación de un escritor que nos gustó mucho en su día y que atacan el faro por <st1:personname productid="la noche. Dan" st="on">la noche. Dan</st1:personname> miedo, dan terror y dan más cosas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Sigo sin atreverme a preguntarle a Condo por qué huele a colonia o lo que sea aquello, demasiado humano en todo caso por tratarse de él. Quizá espere a que me lea el pensamiento como hace con frecuencia y salga de él aclararme esta duda. Imagino que a estas alturas ya lo habrá adivinado.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_8Y_v6iczu0E/SVU79rtHtdI/AAAAAAAAA9g/FHwFMXT31cE/s1600-h/Faro%2Bbatido%2Bpor%2Blas%2Bolas.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 85px; height: 115px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_8Y_v6iczu0E/SVU79rtHtdI/AAAAAAAAA9g/FHwFMXT31cE/s320/Faro%2Bbatido%2Bpor%2Blas%2Bolas.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5284195668679177682" border="0" /></a></span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Nues</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >tra caminata se ha detenido a pocos metros del faro. El viento ataca fuerte y mueve un fi</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >nísimo m</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >echón de cabellos en la frente de mi acompañante, que los aparta en un gesto mecánico.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >La puerta del faro está abierta. Es metálica y rechina cuando <st1:personname productid="la empujamos. Entramos" st="on">la empujamos. Entramos</st1:personname> con curiosidad de gatos en una estancia oscura que huele a humedad y a yodo, a abandono. No hay nada por ahí excepto un montón de leña y algo como una manta vieja, bien doblada pero en mal estado. Todo es de color gris muy oscuro. Condo se agacha y se sienta sobre los leños. Yo me quedo de pié y miro alrededor, por hacer algo mientras él me escudriña. Me estará leyendo los pensamientos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Se está bien aquí, ¿no? –pregunta. Yo levanto los hombros y hago un gesto más afirmativo que negativo-. </span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Ahh, condesa, muy torturada te tienen a ti las contradicciones.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Pues claro, ya sabe que yo soy blanco o negro –digo en tono lo más irónico posible. Pero me vuelvo a preguntar lo mismo: ¿por qué olía a colonia?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-¡Ja, ja! Siempre intentas escabullirte, eres como una anguila pero te falta un poco de cinismo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >¿Habré oído bien? ¿Será capaz?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-¿Yo escabullirme? ¿Yo? –digo con rabia contenida-. Yo diría que aquí el único contradictorio es usted.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Mira,</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" > condesa –dice recostándose mejor con parsimonia contra la pared y cerrando los ojos-, yo no soy tan contradictorio como crees. Contradictorio de verdad es ser, por ejemplo, socialista y nacionalista, o de izquierdas y católico, o de izquierdas y estar en contra del aborto, o cristiano o musulmán y abortar, o rico y comunista, o estar en contra del PP y dedicarse a vender azulejos con sobrecoste y comisiones... ¿Quieres más?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >No sé</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" > qué contestar, así que él continúa.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-En fin, la lista podria ser larguísima pero no quiero aburrirte porque ya has pillado lo que quiero decir. Yo carezco de ese tipo de contradicciones semánticas, soy un tipo coherente, créeme. Es verdad que la mayor parte de la gente es incapaz de observar en sí mismos esas incongruencias y esto es por una razón que se llama laicismo: una vez amortizada la religión, cada uno tiene que inventarse la suya para elaborar un código moral aunque sea inmoral, porque es imposible no poseer un código, no regirse por algo supraindividual aunque sea el dinero, el yoga o el sexo. Uno no tiene más remedio que acatar su propia formación de valores dado que ya renunció a los valores culturales consensuados que representaban las religiones formales que se han q</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >uedado obsoletas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Entiendo –digo, intentando entender, preguntándome dónde quiere ir a parar.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-No, no lo entiendes del todo –habla aún con los ojos cerrados- pero te ayudaré: esa contradicción que ves en mí no lo es para mí, aunque es cierto que a veces cueste un peaje. Lo sublime convive en mí con la cutrez más absoluta en una discreta armonía.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Sí, bueno, algo así quería decir: lo sublime y lo sórdido, lo ingenuo y lo cínico... sí, más o menos esto –miento, porque falta lo importante: humano o no.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Abre los ojos como si despertara de un letargo y me mira desde su otro rincón en penumbra. Cuando me mira así me siento como desnuda. Se oye las olas a lo lejos. Me he cansado de estar de pie, me s</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >iento en el suelo con las piernas cruzadas: cambiar de postura me aliviará.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Lo que ves en mí no son exactamente contradicciones, condesa –dice en un tono que me parece entristecido. Desvía un momento la mirada al aire, hacia arriba, como si ahí estuvieran esperándole sus mejores explicaciones-. O, para que lo entiendas mejor: si lo son, entonces todos, todos, somos un poco contradictorios. Una cosa es la contradicción y otra <st1:personname productid="la incongruencia. En" st="on">la incongruencia. En</st1:personname> realidad yo lo que soy es poliédrico, ¿sabes? Y tú también aunque no lo sabes.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Eso del poliedro me gusta. Sí, Condo en realidad no tiene dos, sino muchos lados.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Mira: lo bueno para que sea bueno, tiene que tener algo de malo porque lo malo y lo bueno son dos extremos de la misma cuerda, pero para que la cuerda se tense y sirva de algo los extremos tiene</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >n que estar próximos...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Me estoy mareando pero es un mareo dulce, tiene algo de arrobamiento.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-La serpiente urobórica -digo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-También, así que grábate esto bien grabado –continúa-: los opuestos tienen que formar parte de un mismo nudo, lo sublime o enorme se despliega desde lo irrelevante y cotidiano, lo malo está contenido en lo bueno, lo sublime en lo banal. Lo maravilloso y lo siniestro conforman la realidad, ya lo irás viendo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >Lo sublime contenido en lo banal. Lo siniestro. Qué bien habla. Pero las contradicciones que yo he sugerido no se referían sólo a lo que ha dicho él. Son más sutiles que la religión o el laicismo. O</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" > más humanas, pero me da miedo la sola idea de que, por algún motivo que no puedo imaginar, él pueda haberse convertido en humano. Quiero decir en totalmente humano.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >De pronto se me ocurre que dentro de unas horas, apenas anochezca, pueden venir los citaucas y atacar el faro, el cual no cuenta con los sistemas de protección adecuados, como aquel otro. Estaríamos a su merced, pienso, y mi fantasía pierde unos momentos el control imaginando que se hace de noche y debemos defendernos de ellos y que... Sí, estaría bien esperarles aquí contando historias, aprendiendo más y...<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >En ese momento, la arruga nasolabial de Condo le recorre la mejilla como en aquellos laberintos de fichas de dominó que se desploman en cadena desvelando un dibujo, pero en él esa arruga acab</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >a siempre bifurcándose astutamente sin atreverse a formar hoyuelo, y pienso de nuevo que la ambigüedad, la bifurcación, son su estrategia básica para no caerse nunca en ningún hoyo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-No, no creo que sea buena idea quedarse –dice con un tono de voz que intenta ser diplomático.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-Oh, Condo, sería tan divertido verles la cara... –digo, sabiendo ya que es imposible.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >-No, condesa, aún no estoy para aventuras de ese calibre, así que será mejor que marchemos –insiste, mien</span><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;font-size:100%;" >tras se levanta y me tiende una mano para que lo haga también yo. Con él no hay discusión posible. Cruza la puerta y se interna en la luz de fuera. Le miro caminar y alejarse, preguntándome si en el fondo tendrá miedo de aquellos seres venidos del mar. Me quedo con ese enigma, y también el del motivo por el que hoy olía tan bien. Algo muy vago me dice que algo está empezando a cambiar, pero no soy capaz de presentir si es para bien o para mal. O para una sinfonía armónica de ambos, pues comienzo a creer que Condo tiene razón y no todo en la vida es blanco o negro.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="font-size:100%;">Y, sobre todo, ese algo me dice que algo está empezando a cambiar porque ha dicho "aún no estoy". Ha dicho "aún no" y esto me ha producido una extraña dicha.</span>
<br /><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><o:p></o:p></span></p> <p></p><div style="text-align: justify;"> </div><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" ><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-align: justify; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%;"><span style="line-height: 110%;font-family:Arial;" >(FIN)<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="line-height: 110%; letter-spacing: 1pt;font-family:Arial;" ><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;font-family:arial;">abr-06</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify; font-family: arial;"><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif. sep-2007</span></p><p class="MsoNormal" face="arial" style="margin-bottom: 3pt; text-indent: 25.5pt; line-height: 110%; text-align: justify;"><span style="color: rgb(255, 255, 255);">modif. jun-2009</span>
<br /><span style="line-height: 110%; letter-spacing: 1pt;font-size:130%;" ><o:p></o:p></span></p>Ana di Zaccohttp://www.blogger.com/profile/12241886070902937216noreply@blogger.com0